La saxofonista Melissa Aldana y un disco introspectivo
Melissa Aldana decidió cambiar el saxo alto por el tenor luego de escuchar a Sonny Rollins y su poderoso sonido con ese instrumento. Desde entonces, esta artista chilena radicada en Nueva York no dejó de crecer musicalmente.
Fue la única chilena nominada a los Grammy por mejor solo de jazz y acaba de editar un disco en el sello Blue Note, 12 Stars, escrito durante la pandemia. Se trata de un álbum asentado en un período de introspección, que coincidió además con un momento de crisis personal. Se asoció con el bajista Pablo Menares y el baterista Kurt Abadey y comenzó a componer. Las doce estrellas del título del disco aluden a las que lleva la corona de la Emperatriz. "En numerología y en el tarot la Emperatriz es un símbolo de creación", contó.
Con esos músicos, más el pianista Lex Korten, llegará a Buenos Aires para presentarse en Bebop el 24 y 25 de julio, con dos funciones diarias. Otro esfuerzo del club dirigido por Aldo Graziani, que le da continuidad a su vocación de programar músicos internacionales.
Aldana logró convocar para su álbum de Blue Note a dos notables músicos de la escena neoyorquina: el guitarrista Lage Lund y el pianista Sullivan Fortner. El trabajo fue recibido con vítores por la crítica y con gran aceptación por el público, lo cual la llevó a tocar en el mítico Village Vanguard de Manhattan y a figurar en la tapa de la revista DownBeat.
El diario londinense The Times sostuvo: "Uno podría esperar un grito musical de dolor, pero esta es una colección sofisticada, misteriosa y silenciosamente poderosa, definida por el estilo sutil y gentil de Aldana".
Antes que 12 Stars hubo otras cuatro grabaciones de Melissa. Una de ellas, Visions, está dedicada al arte de Frida Kahlo, de quien la saxofonista es devota. De hecho, ella asegura que dejó tempranamente la pintura por la música.
Y es la música la que la llevó a derribar fronteras, desde que el pianista Danilo Pérez la presentó en un festival en Panamá. Estudió en Berklee con Joe Lovano y George Garzone entre otros, y luego fue alumna del legendario George Coleman.
Con esas credenciales, no le costó asentarse en la difícil escena de Nueva York. Suele relatar que comienza el día escuchando a Sonny Rollins y que para seguir aprendiendo presta especial atención a sus colegas Mark Turner, Chris Cheek y por supuesto a Garzone y a George Coleman.
En su nuevo disco hay un tema que refiere a su país, Los ojos de Chile. "Lo escribí cuando ocurrió el estallido social y comencé a ver a amigos y a mi familia protestando para lograr un cambio, me llenó mucho y me hizo sentirme parte de algo más grande, de que soy chilena", recordó.