La sociedad de la nieve recibió 4 minutos de aplausos en el Festival de Cine Mar del Plata
Juan Antonio Bayona y el elenco de La sociedad de la nieve se presentaron en el Festival de cine de Mar del Plata con una gran ovación del público
Enviado especial de BAE Negocios.- La sociedad de la nieve es uno de los fuertes estrenos que prepara Netflix para el 4 de enero de 2024, pero antes de llegar a la plataforma se presentó en la 38° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y se llevó una gran ovación al finalizar su función.
El Teatro Auditorium nuevamente volvió a vivir una noche mágica a sala completamente llena. No cabía un alma y una larga fila en la puerta esperaba el milagro de acceder a un instante a la sala Astor Piazzola, a la que BAE Negocios tuvo acceso.
La velada comenzó con la primera gran ovación de la noche para el director español Juan Antonio Bayona, que recibió el Premio Astor a la Trayectoria previo a la función: “Este reconocimiento me llena de orgullo; yo siempre he hecho cine porque ha sido la rama del arte que me entendió mejor, con la que aprendí a articular la vida”.
Además, Bayona agregó: “Me ha servido para defenderme, relacionarme y hoy me trajo a la Argentina y al Festival de Mar del Plata, por lo que no puedo más que agradecer a todas las personas que lo hicieron posible, desde siempre, como por ejemplo las salas, los videoclubs y todo lo que me formó para poder estar hoy acá, recibiendo este premio”.
La sociedad de la nieve trata sobre la tragedia ocurrida en 1972 cuando se estrelló un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya que llevaba a Chile a un grupo de jóvenes jugadores de Rugby, junto a algunos familiares y amigos. Sin embargo, no llegaron a destino debido a que se estrellaron en el corazón de los Andes, estando atrapados durante semanas enteras intentando sobrevivir.
Bayona, director de otras grandes obras como El orfanato y Un monstruo viene a verme, encontró el equilibrio perfecto para narrar una historia trágica sin caer en la solemnidad ni tampoco virar hacia la falta de respeto. La gran dificultad de contar una historia ya conocida es quizás conseguir que los hechos impacten igualmente en el espectador sin destrozar psicológicamente a los personajes ni hacerlos padecer constantemente, sin un respiro de alegría.
Esa dosificación entre momentos crudos, de desesperación, donde la fe parece agotarse, y los momentos donde el grupo de amigos se comporta como un verdadero equipo. Cada uno cumple su rol para el bien general de esta “sociedad” de la cual reciben el nombre la película, es donde encontramos el corazón de esta historia.
La historia cuenta con un narrador, Numa Turcatti (Enzo Vogrincic), que funciona como nexo entre el equipo de rugby y los espectadores. Debido a la inmensa cantidad de personajes en escena, es muy sencillo perderse y no entender quién es quién en este grupo. Numa tampoco lo tiene en claro: es el mejor amigo de Pancho Delgado (Valentino Alonso) y tiene también esta sensación de ser un espectador más. Al no estar tan condicionado por la relación de amistad con el equipo, es el factor externo que sirve como consultor ante cualquier dura decisión que deba tomar este grupo.
Esta especie de faro moral es reforzado debido a su primera aparición sea de espaldas en una iglesia. La suerte divina tampoco estará de su lado. Es uno de los personajes que más deberá sacrificarse por el grupo, por un grupo que en su mayoría desconoce. Encontrar la redención por esa misa incompleta, es también conseguir una especie de perdón divino al cual transferir mediante la carne a sus compañeros. Acto fundamental hacia el final del segundo acto para obtener esa salvación colectiva, mas no personal.
Esta idea de que la salida es colectiva está presente desde el comienzo cuando, a pesar de poder realizar un pase, uno de los chicos del club decide mandarse solo por la gloria personal en medio de un partido decisivo del torneo y el reproche generalizado llega en el vestuario. Era tan solo un juego, pero cuando estén encerrados entre las gélidas montañas de Los Andes, un error así significará la muerte de uno o más compañeros.
Otro de los puntos altos de la película es la dirección de Bayona. Contar con una gran cantidad de personajes es complicado para capturar a todos en pantalla. Sin embargo, el director consigue una perfecta puesta en escena donde por momentos hay más de 8 o 9 personajes en pantalla, todos con una función narrativa, donde se ven perfectas sus expresiones y estados de ánimo.
Puntualmente, destaco las escenas en el avión, donde hace uso del "split diopter", el recurso que permite separar los puntos de focalización de la cámara y poner la atención del espectador en dos lugares o personajes en simultáneo.
La conexión entre personajes y espectadorTodos estos elementos hacen que el espectador se sienta como un miembro más de este equipo de rugby, vivir de cerca todos sus cambios de ánimo, sufrir con ellos y a conectar emocionalmente en cada frustración y victoria personal.
Es una tarea complicada no emocionarse con el grupo.
La sociedad de la nieve recibió una ovación de 4 minutos. Con gran cantidad del elenco, director y productores presentes, cada nombre en los créditos se llevaba sus aplausos, mientras aparecían imágenes de las personas reales interpretadas por cada actor.
Sin dudas una de las experiencias más inolvidables de este festival.
Si para Juan Antonio Bayona, en La sociedad de la nieve, la salida a los problemas suele ser colectiva; sin ninguna duda, la forma de seguir fomentando y apoyando esta industria es donde pueda vivirse esta experiencia en comunión con otras personas: una sala de cine.