Murió Stephen Hillenburg, creador de Bob Esponja
Padecía esclerosis lateral amiotrófica y tenía 57 años
A los 57 años, producto de la esclerosis lateral amiotrófica que le fue diagnosticada en marzo pasado, falleció en los Estados Unidos el dibujante, animador y productor Stephen Hillenburg. Probablemente el nombre no implique nada para la mayoría de las personas, porque rara vez os fijamos en quiénes hacen series de televisión o dirigen películas. Pero Hillenburg es un nombre importantísimo: fue el creador de Bob Esponja, uno de los personajes animados más populares de la última década y, en última instancia, aquel cuyo éxito cimentó el desarrollo de la señal Nickelodeon, hoy marca mundial.
Hillenburg era, en principio, biólogo marino, y el dibujo, parte de sus aficiones. Aunque luego de recibirse de su carrera científica, se educó en arte y en animación en la mítica CalArts -la mayor factoría de talentos de la animación del mundo, patrocinada en parte por Disney- y, tras un par de pruebas, entró a Nickelodeon, donde trabajó en la serie La vida moderna de Rocko. Poco después, en 1999, dio a luz a Bob Esponja (Squarepants Bob en el original inglés), que rápidamente se volvió un objeto de culto.
Bob... es una animación moderna que abreva del viejo estilo disparatado y surreal del cartoon clásico de los años treinta a sesenta, más la influencia de creadores contemporáneos como -central- John Kricfalusi, el padre de Ren y Stimpy. La serie, como lo mejor en el campo, no estuvo diseñada exclusivamente para niños, incluso si su hogar es una señal dedicada a ellos, sino como un ejercicio totalmente libre. El absurdo constante y la desmesura que caracterizan a los personajes de este mundo rápidamente hicieron que gran parte del público adulto y, especialmente, el universitario, se apropiaran de la tira. Bob, además, fue considerado un icono para la comunidad gay de los Estados Unidos. Más aún cuando, en 2005, el personaje apareció en una serie de videos promocionales que abogaban por la tolerancia, lo que hizo que sectores ultraconservadores -de esos que se dejan llevar por lo que oyen, pero que jamás vieron un episodio de Bob Esponja- condenaran o pidieran censura para el personaje "por promover la homosexualidad". Nunca sucedió.
Hillenburg escribió, produjo, diseñó y dirigió la serie, además del primer largometraje basado en el personaje, de 2004. Se produjo un hecho curioso entonces: en lugar de seguir con ambos proyectos, Hillenburg paró el trabajo de la serie para concentrarse en el largometraje, que resultó un éxito. Luego quiso terminar la serie, pero resultaba tan rentable que Nickelodeon quiso continuar: la responsabilidad recayó en Paul Tibbit, hombre de confianza de Hillenburg que, de todos modos, siguió trabajando como productor ejecutivo y tuvo la última palabra sobre cada episodio. Volvió a ocuparse a partir de 2014 y de un segundo largometraje, Bob Esponja-Fuera del agua. Hillenburg fue un creador original y feliz, y su obra es de las más destacadas dentro y fuera de la animación de las últimas décadas.