Muy buenos números en los cines otra vez gracias al Joker
El filme con Joaquin Phoenix recaudó más que en su debut
Si se quiere medir el impacto del debate presidencial, nada mejor que ver las recaudaciones cinematográficas. Es cierto, el encuentro obligado por ley solo afectó las funciones de la noche del domingo, pero es también el día más “familiar”. De todos modos, hubo más espectadores que la semana pasada, alrededor de 700.000 en todo el país. Claro que -primera curiosidad de la tabla- esto fue motorizado por el tanque actual, Guasón, que se convirtió durante la semana en la décimo segunda película en el año en superar la barrera del millón de entradas vendidas. Pero ese no es el punto más interesante sino otro: tuvo más espectadores en segunda semana que en la del debut. Según la medición que realiza constantemente la consultora Ultracine, el filme protagonizado por Joaquin Phoenix que narra el origen del archivillano de Batman tuvo un 8,73% de crecimiento respecto de su primer fin de semana. No es para nada habitual; mucho -muchísimo- menos si se tiene en cuenta que, a pesar de que se trata de un personaje de cómics (y de cómics de superhéroes) no puede ser vista por niños. Las razones posibles: muy buenas críticas, excelente boca a boca y la posibilidad que tiene un público adulto de ver un filme de temática oscura con buena publicidad. Corolario: algo falla a la hora de vender cine adulto, aunque es evidente que la “marca” ha ayudado bastante a la difusión del filme. No es descabellado pensar en dos millones de entradas cuando cierre su carrera.
Tampoco es descabellado pensarlas para La odisea de los giles, que sigue sumando (muy) bien a pesar de muchas semanas en cartel, se mantiene entre las cinco primeras y se acerca a 1,7 millones de tickets. En un año donde ninguna otra película nacional pasón el millón resulta una noticia alentadora. Otra curiosidad: tanto Guasón como La odisea... superaron ampliamente la convocatoria de It 2, que, si bien sí superó el millón, no tuvo en la cartelera el mismo peso que la primera parte del díptico basado en la novela de Stephen King. Es algo raro: por lo general en las sagas el capítulo posterior o final recauda más (porque muchos que ven el principio por medios digitales luego van al cine a ver lo que resta).
La mayor baja intersemanal la tuvo la obra devocional Nada que perder 2, sobre el fundador de una iglesia evangélica. Aquí el fenómeno de recaudación fue fugaz porque hubo una gran propaganda de fieles de esa congregación pero no interesó más que a los fans. Como lo mencionamos cuando su estreno hace algunas semanas, lo mismo pasa con las películas de Dragon Ball o Caballeros del Zodíaco: pasada la efervescencia, se caen.
Por último, nada menos que cinco estrenos ingresaron al top ten, de los cuales el que mejor recaudación tuvo, previsiblemente, fue Rambo: Last Blood. De todos modos, ninguno tuvo tanto peso (Rambo quedó en el cuarto puesto, nada más, aunque tuvo pocas funciones durante el día) ni se destacó especialmente. Como siempre, los tanques son los que mandan a la hora de definir la recaudación cinematográfica. Y dado que está en los mismos niveles que en el año récord 2015, es evidente que aún la pantalla grande queda blindada ante las crisis y la inflación.