Una argentina en el club del millón y algunas (malas) noticias para el cine
La odisea de los giles sigue en el primer puesto de la taquilla
Por primera vez en lo que va de 2019 (es probable también que sea la única vez), una película argentina superó la simbólica y no tanto barrera del millón de espectadores. En un mercado donde un lanzamiento nacional grande requiere al menos de 500.000 espectadores para recuperar su inversión, resulta un auténtico éxito. Es, además, la décima producción cinematográfica en pasar esa barrera, como lo informa el sitio Cinesargentinos.com. Los demás son, previsiblemente, grandes tanques infanto juveniles, con Toy Story 4 -récord total histórico de entradas, con más de 6,6 millones-, Avengers Endgame y El Rey León, la primera cercana a los cuatro millones y la segunda, a punto de superar los 3,5 millones.
Lo que nos lleva a mirar detenidamente los números. Hasta la fecha, se estrenaron en la Argentina 295 películas de todo origen. El promedio de entradas vendidas en nuestro país, desde al menos 2014, se ubica en los 50 millones. Por lo general, cuando un año es éxito en el mercado internacional, también lo es aquí. El último pico mundial de asistencia en salas ocurrió en 2015, y es el récord argentino con alrededor de 52 millones de entradas. Hoy en los EE.UU. hay una baja de temporada alta notable, del 3,6% -como informamos la semana pasada. Pero aquí las 25 películas más vistas, llevan vendidos alrededor de 30 millones de tickets.
La buena noticia es que la cifra total es muy superior, y que el promedio anual se mantendrá si no se superará. También hay fenómenos extraños: proporcionalmente, Toy Story 4 funcionó mejor (muchísimo mejor) aquí que en el país de origen, donde fue un éxito mediano, y en el resto del mundo. Sin esos seis millones de entradas, la cifra actual sería inferior. Pero siempre hay algún éxito de este tamaño, por lo demás. Pero también hay malas -y pésimas- noticias.
La mala es que, repitamos, solo 25 películas de casi 300 (menos del 10% de lo estrenado) ha movido la aguja. Es una proporción ínfima cuando, además, hay al menos una centena más de filmes de aquí a fin de año, con algún tanque como It 2, que llega este jueves. Esto es un buen parámetro para comprender de qué hablamos cuando hablamos de "concentración". De hecho, La odisea... es la única película "adulta" (aunque puede verse sin problemas con chicos de diez años para arriba) que figura en el club del millón. Y las otras argentinas dentro de esas 25 son El cuento de las comadrejas (500.000) y 4x4 (que pasó los 300.000). Muy poco. De las primeras 10, siete son películas de Disney: dos de Marvel, una de Pixar, una puramente Disney animado, y tres adaptaciones "con actores" de largos dibujados.
¿Cómo es que el cine, además, en plena crisis económica e incertidumbre política funciona? Porque incluso si aumentaron los tickets, la mayoría de las personas pagan con promociones o dos por uno (al multiplex le interesa más el snack que lo que saca por las entradas) y porque, incluso hoy, es la salida familiar más accesible. Se suma buen marketing y listo. Pero eso, a la larga (seamos optimistas) ha dinamitado la audiencia para otra clase de películas no necesariamente "experimentales" o "extremas". Hemos hecho del cine solo un juego de niños, un campo en el que, por presupuesto y otros motivos, la Argentina no puede competir.