Tras la premiere de Coup de chance

Woody Allen presentó su último filme en Venecia y habló de su cancelación en EE.UU.

Woody Allen retornó con gloria -a juzgar por las críticas entusiastas- a los festivales con su película número 50, realizada en Francia y hablada en francés, Coup de Chance. En una entrevista a Variety, el realizador habló de sus dificultades para filmar y de la investigación tras ser acusado de abuso.

ldesposito

Woody Allen volvió al gran circuito con su película número 50, probablemente la última que realice. La presentó en el Festival de Venecia, se llama Coup de chance ("Golpe de suerte"), está rodada en París, hablada en francés y recibió una enorme ovación en su debut. A raíz de esto, Variety entrevistó al autor de Dos extraños amantes, Blue Jasmine y Zelig (es difícil mencionar ejemplos de un director tan prolífico y conocido) donde Allen respondió no sólo respecto del cine, sino también sobre por qué ha sido cancelado en Hollywood y las acusaciones de abuso hacia su hija Dylan Farrow. Es importante, porque resulta una de las pocas voces acusadas por la "cultura de la cancelación" que no tiene miedo de hablar.

Primero, por qué sería su última película: "tengo mil ideas para películas, en este momento estoy pensando en varias. Pero conseguir la financiación es un dolor de cabeza, y no es un proceso bello ni glamoroso. Filmar no sería el problema, pero ya no quiero seguir perdiendo tiempo y esfuerzo en conseguir fondos. Si alguien viniera y me diera el dinero para filmar, sería un factor importante para volver a hacerlo. Pero además está la cuestión de dónde ha ido a parar el cine: no me gusta la idea (y a ningún director) de hacer un filme para la pantalla y que a las dos semanas esté en la televisión".

Pero el punto álgido de la entrevista, realizada por Elsa Keslassy, es la reacción del director respecto del caso Farrow, ventilado en un (muy contestado) documental de HBO. "Mi reacción siempre ha sido la misma -explicó-. La situación ha sido investigada por dos organismos de investigación importantes, no personas, sino dos organismos de investigación importantes. Y ambos, después de largas y detalladas investigaciones, concluyeron que no había mérito en estas acusaciones, eso es exactamente lo que escribí en mi libro "Acerca de nada". No había nada en ello. El hecho de que siga perdurando siempre me hace pensar que tal vez a la gente le gusta la idea de que perdure. Sabes, tal vez hay algo atractivo para la gente. Pero ¿por qué? ¿Por qué? No sé qué se puede hacer además de investigarlo, que es lo que hicieron de manera tan meticulosa. Uno fue de menos de un año y el otro fue de muchos meses. Y hablaron con todas las personas involucradas y, sabes, ambos llegaron a la misma conclusión exacta."

Allen es, por este motivo, víctima de la cultura de la cancelación, y desde allí la condena: "Siento que si vas a ser cancelado, esta es la cultura con la que ser cancelado. Simplemente encuentro todo eso tan tonto. No pienso en ello. No sé lo que significa ser cancelado. Sé que a lo largo de los años todo ha sido igual para mí." Allen, uno de los pocos realizadores que desde siempre ha construido papeles importantes para actrices y que jamás tuvo una queja en contra, fue condenado mediáticamente en los EE.UU. Incluso actores como Thimothée Chalamet llegaron a extremos de repudiar el trabajo con él y donar lo cobrado en uno de sus filmes al movimiento #MeToo. Coup de Chance, de época, todavía no tiene distribución en ese país.

Esta nota habla de: