La cotización del dólar minorista superó los $1.200 en el Banco Nación hacia el cierre de mayo y activó las alarmas del mercado. En una economía acostumbrada a seguir de cerca cada salto de la divisa estadounidense, romper un número redondo suele generar nuevos cálculos, estrategias y decisiones. Esta vez no fue la excepción: $1.215 fue el precio que abrió el debate entre analistas y operadores sobre si conviene comprar, vender o simplemente esperar.

En este nivel, las posturas quedaron divididas. La mayoría de los economistas consultados coincidió en que no se trata de un momento ideal para comprar. De hecho, varios se inclinaron por la venta. 

En este contexto, hay muchos que están apostando por el plazo fijo en pesos hasta que baje el dólar y se acerque a la banda de flotación más baja, entre $1.000 y $1.100.

Gustavo Ber, economista, sostuvo que hay más incentivos a desprenderse de dólares en estos valores, al considerar que el tipo de cambio actual “podría generar oferta privada por carry”, en el marco de una desinflación que comienza a consolidarse. Para él, el dólar podría estabilizarse en un rango entre $1.100 y $1.200, lo que reforzaría esta lógica.

Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, señaló que “sigue habiendo demanda genuina”, pero que el Tesoro Nacional ya envió una señal al comprar dólares a $1.148, un precio que podría interpretarse como piso técnico. No obstante, aclaró que se trata de un valor que invita más a la cautela que a la acción inmediata: “Es un buen nivel para no tomar decisiones”. 

En la misma línea se pronunció Fernando Baer, de Quantum Finanzas, quien remarcó que el nuevo régimen de tipo de cambio libre aún requiere adaptación: “El tipo de cambio ahora se mueve por oferta y demanda”.

Las opiniones más firmes a favor de vender vinieron de referentes como Federico Domínguez, quien aseguró: “En $1.200 soy vendedor”. Argumentó que la combinación de superávit fiscal, equilibrio cuasi fiscal y la baja de la inflación justifican una apreciación del peso. 

Salvador Di Stéfano coincidió al destacar la falta de emisión y la elevada tasa de interés: “Hay pocos pesos y cuando el dólar pasa el ecuador de las bandas, generalmente retrocede”. A esto se sumó Francisco Díaz Mayer, de ABC Mercado de Cambios, quien fue más categórico: “Arriba de $1.200 yo soy vendedor nato”.

 Por ahora, como resumió Gustavo Quintana de PR Corredores de Cambio, la decisión más sensata parece ser: “Me quedo con lo que tengo, no compro ni vendo”.