Miguel Kiguel: “La devaluación sin plan económico no sirve y acabamos de verlo”

“Esta es la economía más complicada que conozco: está en una crisis crónica”, dijo el economista especializado en crisis en la ExpoEFI

Marcisoca

En el panel de apertura de la segunda jornada de la décoma efición del Congreso Económico Argentino de la ExpoEFI este jueves tres especialistas se reunieron para dar un panorama financiero de cómo serán los próximos meses hasta el cambio de mandato y el 2024 en función de las tres candidaturas presidenciales y del eventual viento de cola que pueda llegar desde afuera. El ex secretario de Finanzas y director de la consultora Econviews, Miguel Kiguel, evaluó la peculiaridad de la situación macroeconómica actual a la que calificó de “crisis crónica”, pero consideró que con un “plan económico razonable” se puede empezar a salir del embrollo ya que el agro y los hidrocarburos generarán dólares para transitar hacia una economía más estable. “Hay que pasar el verano”, advirtió.

Su compañero de escenario Javier Timerman, managing partner de AdCap, en cambio no fue tan optimista y afirmó: “No le veo solución en el corto plazo” y apuntó a la “falta de coherencia política” para generar reformas durables basadas en consensos, es decir, gobernabilidad. Y más allá de su reclamo por explicaciones de parte de los candidatos de cómo van a implementar los cambios que proponen, apuntó que la sociedad carece de ancla política y puso como ejemplo a Grecia, donde la sociedad estuvo dispuesta a atravesar el derrotero de la caída nominal de los ingresos y el ajuste “porque querían quedarse en el Euro”.

El planteo de Kiguel, en tanto, advirtió que “la situación nunca fue tan difícil”, no solo por la magnitud de las correcciones macroeconómicas necesarias para ir en busca de la estabilidad, sino porque la última devaluación debilitó más el margen de maniobra. En este sentido, aclaró que el contexto es radicalmente distinto del de 2015 cuando la inflación era del 22% anual. “  Y una cosa es chocar a 60 kilómetros por hora y otra cosa a 200 kilómetros por hora”.

Respecto de cómo se llega a fin de mandato remarcó que “No hay dólares ni los va a haber” hasta 2024 y con los precios “en un nuevo régimen de muy alta inflación”, que se caracteriza por la asimetría entre la facilidad con la que esta sube escalones y lo difícil que es bajarla y apuntó que esta devaluación probó que "devaluar sin programa es suicida” incluso si fue por exigencia del FMI. Y consideró que, si la idea era dejar de devaluar en tres cuotas hasta octubre para devaluar “en un pago y fijar el tipo de cambio para que la inflación llegara más baja a las elecciones", para él, "el tiro salió por la culata”. Por eso descartó que el 23 de octubre vuelva a haber un salto cambiario porque "el riesgo de que se desquicie todo es muy grande".

Así y todo, como estudioso de las crisis macroeconómicas de otros países y de la Argentina, Kiguel enfatizó la peculiaridad de la actual situación porque no es una crisis de estallido tradicional, sino una “crónica, como la rana en la olla que se va cocinando a fuego lento”.

El diagnóstico lo presentó ante un auditorio repleto en La Rural mediante los hexágonos de la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos. Esto es tres señales negras de “exceso de” brecha cambiaria, de déficit fiscal y de pobreza; dos hexágonos azules de alto riesgo país y alta inflación que “no es híper”, aclaró; y dos marcas amarillas de bajo en reservas y bajo en crecimiento.

A partir de este punto, diagramó un semáforo de los tres candidatos y consideró que Patricia Bullrich había hecho un buen diagnóstico y tenía equipos y condiciones políticas para implementar un programa de estabilización mejor que sus competidores aunque a Sergio Massa le reconoció capacidad política para conseguir “cosas impensables” como los créditos puente chino y qatarí para no defaultear con el FMI o que el Fondo le desembolsara dinero pese a haber incumplido todas las metas. A Milei, en tanto, lo caracterizó como un “Llanero soltario” por la falta de equipo, la falta de gobernadores, intendentes, diputados y senadores; pero además apuntó a que su diagnóstico tiene errores para su implementación y calificó a su propuesta de dolarización como “inviable” y “jueguito para la tribuna”.

Timerman, por su parte, reconoció haberse equivocado al desestimar un posible triunfo de Milei antes de las PASO por considerar que la falta de gobernabilidad le costaría votos. Pero no consideró que el 66% de los argentinos se hayan decantado por un cambio y estén dispuestos a transitar el sacrificio de un ajuste, sino que “votó que la cosa está mal”. Y por eso pidió dejar de mirar “con enfoque macroeconómico, lo que en verdad es un problema político”.

“El principal problema que tiene la Argentina es que nadie se pregunta si políticamente es viable cualquiera de las cosas que plantean los candidatos, si tienen un plan de largo plazo. Yo creo que no”, dijo. “No creo que esto tenga una solución en el corto plazo. La falta de coherencia política conspira con las inversiones”, sumó.

El armado político es más complicado que la economía. Hay un ancla política que no tenemos. Las inversiones son a largo plazo y lo que estamos viendo es la incertidumbre total en cuanto al próximo gobierno y la relación de las fuerzas políticas. Los inversores se escapan de la Argentina porque no ven un horizonte claro”, profundizó.

 

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