Los votantes en Occidente se alejan de los partidos tradicionales
El electorado desconfía de la capacidad de las fuerzas establecidas para realizar cambios que considera necesarios
Los votantes de las democracias occidentales se están alejando de los partidos políticos tradicionales (centro-izquierda y centro-derecha) debido a que no confían en su capacidad para llevar a cabo un “cambio significativo”.
Así publica el diario 'The Guardian', en base a una investigación del Instituto Tony Blair basado en encuestas realizadas a 12.000 electores, que muestran una caída del 73% en el 2000 al 51% en la actualidad de la popularidad de los partidos tradicionales en los principales países democráticos occidentales, de acuerdo con la agencia Sputnik.
Los investigadores hicieron foco en las opiniones de 2.000 votantes encuestados en seis grandes democracias —Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Alemania, Francia y Canadá— que resultaron "notablemente similares", según el diario.
Desconfianza
El estudio afirma que los electores se apartan cada vez más de los partidos de centro-izquierda y centro-derecha no por razones ideológicas, sino por el derrumbe de la confianza en su competencia e integridad.
"Sea lo que sea lo que buscan los votantes, parecen dudar cada vez más de que los partidos que han elegido tradicionalmente para los cargos puedan proporcionarlo", subrayó el informe publicado por The Guardian.
Según el texto, los votantes se dividen entre insiders, dispuestos a trabajar con políticos tradicionales, y outsiders, que ya renunciaron a colaborar con los partidos.
Ambas categorías dicen buscar honradez, competencia y reformas, pero la diferencia radica en la confianza en las organizaciones políticas tradicionales.
Pesimismo
El medio dice que los outsiders se sienten "víctimas de un sistema dirigido por élites remotas al servicio de sus propios intereses" y confían más en el "sentido común" que en la evidencia independiente y a los líderes fuertes y decisivos antes que a los negociadores.
The Guardian agregó que hay mucho pesimismo respecto al tema económico y se espera que los menores nacidos recientemente estarán en "peor situación que sus padres".
Este sentimiento es más pronunciado en el Reino Unido, donde el 49% de los encuestados espera que los niños estén peor, frente al 26% en Australia y Francia que esperan que su situación será mejor.