El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue arrestado este sábado en Brasilia como medida preventiva en medio de su proceso judicial por golpismo.

La Policía Federal confirmó que Bolsonaro se quitó la tobillera de localización, lo que generó un riesgo de fuga.

La detención se realizó en su domicilio a las 6.00 horas, y fue trasladado a la Superintendencia de la Policía Federal.

Esta acción no marca el inicio del cumplimiento de su condena de casi 30 años, sino que es una medida preventiva para evitar su huida.

La intervención policial fue avalada por el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien destacó que la proximidad de la residencia de Bolsonaro a la Embajada de Estados Unidos podría facilitar su fuga.

Además, la convocatoria de una vigilia por parte de su hijo, Flávio Bolsonaro, aumentó el riesgo de confusión y fuga. La solicitud de los abogados de Bolsonaro para que cumpliera su condena en arresto domiciliario fue rechazada, y el juez decidió su entrada en prisión.

Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de prisión por organizar una trama para perpetuarse en el poder, cometiendo delitos de golpe de Estado, abolición del Estado de derecho, y constitución de una organización criminal armada.

Su sentencia incluye una inhabilitación hasta ocho años después del vencimiento de su condena, lo que podría extenderse hasta 2060.

La situación actual refleja un momento crítico en la política brasileña, con implicaciones significativas para el futuro del país.