Bashar al Assad está como asilado político en Moscú
El Kremlin confirmó que el gobierno ruso le otorgó asilo al depuesto ex mandatario sirio quien arribó por avión junto con su familia
La crisis en Siria dio un giro histórico tras la llegada del presidente Bashar al Assad a Moscú, acompañado por miembros de su familia. Según informaron fuentes del Kremlin a la agencia RIA Novosti, Rusia le concedió el asilo político al líder sirio, en medio del colapso de su gobierno.
El traslado del mandatario se produce después de que grupos armados yihadistas declararan haber tomado el control de Damasco, consolidando así su dominio sobre gran parte del país. En un comunicado, las milicias anunciaron: "El gobierno de Bashar al Assad ha caído. Su salida deja un legado de destrucción y sufrimiento que marcará a Siria durante décadas".
Transición
Durante varias horas el paradero de Assad fue un misterio. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia confirmó que el mandatario decidió renunciar a la presidencia y abandonar Siria. Según esta fuente, el exmandatario también habría instruido un proceso de transición de poder pacífico, aunque las circunstancias bajo las que se lleva a cabo este proceso son aún inciertas.
Por otro lado, representantes de la oposición siria afirman haber establecido canales de comunicación directos con Moscú, posiblemente para negociar aspectos relacionados con la estabilización del país tras el colapso del régimen de Assad. Esta relación podría convertirse en un eje estratégico para el futuro político de Siria, dado el papel central de Rusia en el conflicto.
Trayectoria
Bashar al Assad, nacido el 11 de septiembre de 1965 en Damasco, asumió la presidencia de Siria en el año 2000, sucediendo a su padre, Hafez al Assad, quien gobernó el país durante tres décadas. Su ascenso al poder generó expectativas de modernización, pero su liderazgo terminó siendo sinónimo de autoritarismo y guerra.
En 1994, la muerte de su hermano mayor lo posicionó como el sucesor político de su padre, cambiando radicalmente su destino profesional, ya que se había recibido de oftalmólogo y había ejercido hasta entonces.
Tras la caída de Hafez al Assad en junio de 2000, Bashar fue designado secretario general del partido gobernante y, un mes después, asumió la presidencia en un mandato de siete años. En 2007, fue reelegido con una mayoría aplastante, aunque las elecciones fueron calificadas como antidemocráticas por la comunidad internacional.