Ante la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio, el gobierno brasileño descartó por el momento aplicar una medida recíproca, aunque se sigue estudiando la situación.

Al respecto, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, desmintió que Brasil esté considerando gravar a las grandes plataformas tecnológicas de EE.UU. como represalia. "No es correcta la información sobre esa supuesta medida de respuesta", afirmó el funcionario, en alusión a versiones que indicaban que el Ejecutivo planeaba imponer un 'impuesto digital' a servicios como Amazon, Meta, Google y Spotify.

 

Expectativa y cautela

Brasil es el segundo mayor exportador de acero a Estados Unidos, con un 48% de su producción destinada a ese mercado. En 2024, sólo Canadá superó a Brasil en ventas de acero a Estados Unidos. En aluminio, las exportaciones a EE.UU. alcanzan el 16%. El principal comprador del aluminio brasileño es Canadá, que absorbió el 28% de las exportaciones de este producto ese año, según la Asociación Brasileña de Aluminio (Abal). Con estos números, una suba arancelaria como la que propone Trump afectaría directamente a la industria brasileña.

Pese a la presión de algunos sectores para que el gobierno actúe, Haddad aseguró que la postura oficial es esperar decisiones concretas antes de responder. "Tomamos la decisión sensata de pronunciarnos solo en base a hechos, no sobre anuncios que pueden ser revisados o malinterpretados", explicó.

 

Impuesto digital

En los últimos días, medios brasileños como Folha señalaron que el Ejecutivo evaluaría la posibilidad de gravar a las plataformas digitales estadounidenses en caso de que EE.UU. avance con los aranceles al acero y aluminio.

Según un funcionario citado por el diario, el 'impuesto digital' ofrecería "varias ventajas" frente a otras medidas, al impactar en sectores con alto margen de rentabilidad y sin afectar el comercio bilateral de productos estratégicos.

 

Incertidumbre

Sin embargo, hasta el momento, Lula no hizo declaraciones al respecto. En otras oportunidades, el mandatario brasileño ha defendido la política de reciprocidad en el comercio como una herramienta "simple y democrática", pero sin confirmar que aplicaría ese criterio en este caso.

En un contexto de incertidumbre global, el gobierno de Brasil sigue de cerca la evolución de la política comercial de EE.UU., mientras la industria local advierte sobre el impacto que podrían tener las medidas proteccionistas de Trump.