La tasa de inflación anual de Brasil experimentó un leve repunte, no obstante lo cual los inversores esperan que el banco central mantenga su ritmo actual de recortes de tasas de interés, en su reunión del comité de política monetaria de la semana que viene.

Los datos oficiales mostraron que los precios al consumidor aumentaron un 5,05% a mediados de octubre con respecto a un año antes, mientras que en la comparación mensual, la inflación alcanzó un 0,21 por ciento.

Los encargados de política monetaria mantienen sin cambios sus planes y se espera que sigan adelante con un tercer recorte consecutivo de medio punto en su reunión de decisión de tasas del 1 de noviembre, mientras una serie de impactos frustran las esperanzas de una flexibilización más rápida. Entre estos impactos se pueden citar el conflicto entre Israel y Hamás, que incrementó el costo del petróleo y la suba de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, sumado a que la economía brasileña se ha mostrado resiliente a los costos de endeudamiento de dos dígitos.

En agosto, el banco central comenzó a rebajar la tasa de referencia Selic, que actualmente se sitúa en un 12,75%, tras revertir un aumento de precios posterior a la pandemia.

La tasa de inflación anual continúa subiendo aún más por encima de la banda superior del objetivo de 3% del banco central que se utilizará el próximo año y en 2025, con un rango de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales. Si bien se espera que caiga en los próximos meses, la perspectiva de un ritmo más lento de reducción de los costos de endeudamiento preocupa al equipo económico del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El líder de izquierda espera mantener el impulso económico durante su tercer mandato y planea impulsar el gasto público el próximo año.