Cientos de empleados públicos despedidos por Elon Musk volvieron a sus puestos
De los despidos al regreso. Los recortes, pensados para ahorrar, terminaron en costos extra y fuertes críticas.
Elon Musk había impulsado desde el Department of Government Efficiency (DOGE) un plan de recortes masivos en la administración federal de EEUU. El golpe más duro se dio en la General Services Administration (GSA), el organismo que administra edificios y contratos del Estado: allí se despidió al 79% de su sede central, incluyendo al 65% de los gerentes de portafolio y al 35% de los responsables de instalaciones.
Ese plan empezó a desarmarse. Según un memorando interno citado por AP, cientos de empleados fueron convocados para volver a sus puestos y deberán reincorporarse antes del 6 de octubre. El GSA fue el último en retroceder, después de que ya lo hicieran la Internal Revenue Service (IRS), el Departamento de Trabajo y el National Park Service.
Ahorros que se achicaronDOGE había calculado que la cancelación de contratos federales generaría un ahorro de USD 460 millones. Pero un exfuncionario del GSA señaló que el número real sería mucho menor, apenas USD 140 millones.
El cambio de rumbo desató críticas en el Congreso. El demócrata Greg Stanton afirmó: “Ha creado una confusión costosa mientras socava los servicios de los que dependen los contribuyentes”. Según el legislador, no hay pruebas de que los recortes “hayan generado ahorro alguno”.
Las reincorporaciones ya se produjeron en varias áreas clave:
- FDA y Agricultura: regresaron empleados especializados en control sanitario, en plena crisis por gripe aviar.
- Departamento de Energía: se recontrató a expertos en armas nucleares.
- IRS: pidió el regreso de trabajadores que habían aceptado retiros voluntarios.
- National Park Service: restituyó al menos 50 cargos.
- National Weather Service: sumó 125 meteorólogos tras perder más de 560 empleados.
Los despidos masivos no solo no generaron los ahorros prometidos, también dispararon nuevos gastos. Varias agencias debieron seguir pagando salarios a empleados con retiros anticipados.
El GSA, además, canceló contratos de alquiler que no se llegaron a concretar, pero igual tuvo que pagar compensaciones a los propietarios. Más de 480 arrendamientos que DOGE había intentado suprimir terminaron vigentes.
La política que Musk había presentado como un giro hacia la eficiencia hoy está bajo fuego cruzado: sumó litigios, gastos extra y críticas políticas, sin mostrar resultados concretos en las cuentas públicas.