El grupo chiita Hezbolá lanzó un ataque contra militares israelíes en la zona fronteriza, horas después de que Israel bombardeara instalaciones militares de esa organización en el sur del Líbano, y tras dos días de detonaciones coordinadas de beepers y otros dispositivos que dejaron más de treinta muertos y miles de heridos en territorio libanés.

Hezbolá y las autoridades libanesas responsabilizaron a Israel de la serie de detonaciones, y el grupo pro iraní se comprometió a responder a la operación.

El ataque de Hezbolá de esta mañana, realizado con misiles guiados antitanque, dejó al menos ocho soldados heridos, dos de los cuales se encuentran en estado entre moderado y grave, según informó The Times of Israel.

El objetivo del bombardeo chiíta fue una posición de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la zona de Ramim Ridge.

Anoche, las FDI atacaron posiciones del grupo pro iraní en las localidades libanesas de Chihine, Tayibe, Blida, Meiss el Jabal, Aitaroun y Kfarkela. Asimismo, un depósito de armas del grupo libanés en el área de Khiam fue otro objetivo del bombardeo.

En tanto, The New York Times informó que la compañía BAC Consulting, que supuestamente habría suministrado los beepers pertenecientes a personal de Hezbolá que explotaron el martes en el Líbano, sería una empresa fachada controlada por la inteligencia israelí.

El medio estadounidense aeñala que aunque Israel no confirmó ni desmintió haber sido responsable del ataque, una docena de funcionarios actuales y anteriores de defensa e inteligencia con conocimientos de la operación señalaron al NYT que efectivamente Tel Aviv estuvo detrás de las detonaciones de beepers y otros aparatos.