De Katmandú a Lima: la generación Z desafía a los gobiernos con protestas globales
Enfrentando crisis como la inflación y el cambio climático, estos jóvenes utilizan redes sociales para organizarse, desafiando a gobiernos en todo el mundo. Su movimiento, sin líderes visibles, busca un cambio de paradigma, recordando movimientos históricos como la Primavera Árabe y Black Lives Matter.
La generación Z, compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2010, ha tomado las calles de ciudades en todo el mundo, desde Katmandú hasta Lima, exigiendo reformas estructurales.
Cansados de promesas vacías y discursos políticos que no abordan sus preocupaciones, estos jóvenes han puesto en jaque a los gobiernos.
Enfrentan desafíos como la inflación, la crisis climática y la salud mental, según un informe de Deloitte. La frustración es palpable, ya que sienten que las instituciones democráticas no los representan.
Las protestas de la generación Z se caracterizan por su organización a través de redes sociales como TikTok y Discord, sin líderes visibles, lo que permite una participación más horizontal.
Sin embargo, esta falta de liderazgo también puede dar lugar a vandalismo y la infiltración de actores radicales. A pesar de esto, el movimiento ha adoptado símbolos de identidad, como la bandera pirata de la serie de anime One Piece, que representa el fin de las injusticias.
En países como Indonesia y Timor Oriental, las protestas se desencadenaron por decisiones gubernamentales que favorecían a los parlamentarios, mientras que en Kenia y Marruecos, la indignación surgió por la corrupción y la mala gestión de recursos.
En Nepal, las autoridades han mostrado cierta apertura hacia la generación Z, mientras que en Bangladesh, las protestas llevaron a un cambio de liderazgo. Sin embargo, en Madagascar, el movimiento fue aprovechado por la cúpula militar para tomar el poder.
Este fenómeno social recuerda a movimientos históricos como la Primavera Árabe y Black Lives Matter, pero las demandas de la generación Z son más transversales, buscando un cambio de paradigma en lugar de derrocar regímenes.
En Perú, aunque hubo un cambio de gobierno, las protestas continúan debido al descontento popular. La generación Z está decidida a luchar por un futuro más justo y equitativo, desafiando a los gobiernos a nivel mundial.