EE.UU. y China lanzaron nuevos aranceles cruzados
A la espera de otra negociación, la guerra comercial sigue escalando
Más de dos tercios de los productos que Estados Unidos importa desde China reciben desde ayer aranceles más altos, al comenzar a regir una nueva ronda de tarifas aprobada por el presidente Donald Trump, que implican gravámenes de un 15% sobre mercancías chinas valoradas en 112 mil millones de dólares al año.
El nuevo incremento se une a los aranceles del 25% que desde hace meses rigen sobre bienes chinos estimados en 250 mil millones de dólares al año, los cuales Trump amenazó con incrementar al 30 por ciento a partir del próximo 1 de octubre.
Según expertos y medios de prensa, la mayor diferencia de esta ronda de gravámenes con relación a las implementadas anteriormente es que los nuevos impuestos deben tener un impacto mucho mayor sobre los consumidores norteamericanos, algo que el jefe de la Casa Blanca se niega a reconocer.
Entre los productos gravados desde ayer se incluyen muchos de gran demanda como relojes inteligentes, televisores, zapatos, ropa, pañales, artículos deportivos, carne y productos lácteos.
En represalia, China comenzó a aplicar aranceles adicionales cinco y 10% a mercancías estadounidenses valoradas en 75 mil millones de dólares al año.
Por primera vez desde que Trump lanzó su guerra comercial, los hogares estadounidenses enfrentan aumentos de precios, porque muchas empresas dicen que se verán obligadas a trasladar a los clientes los costos más altos que pagarán por las importaciones, informó la agencia estadounidense Associated Press.
En ese sentido, la firma financiera J.P.Morgan señaló que la nueva ronda arancelaria se centra en el consumidor y le costará a las familias norteamericanas un promedio de mil dólares al año.
A ello se une que más de 160 grupos industriales han condenado estas tarifas y la escalada en el enfrentamiento comercial, en tanto más del 30 por de las empresas estadounidenses están culpando a los aranceles por las decepcionantes ganancias del segundo trimestre del año, según un análisis de la compañía financiera Wells Fargo.
Trump, quien dice que su agresiva política responde a supuestos robos de propiedad intelectual y otras prácticas negadas por Beijing, y quien quiere disminuir el déficit comercial de su país con el gigante asiático, insiste en que el peso de los aranceles recae sobre China. Al respecto, en su cuenta de Twitter el mandatario señaló que la nueva suba de aranceles "se trata de la libertad estadounidense. Redirigir la cadena de suministro. íNo hay razón para comprar todo de China!".
Citando al economista Peter Morici, Trump subrayó que "los aranceles no afectarán tanto a los consumidores estadounidenses porque la moneda china ha bajado, lo que le da a nuestros importadores un descuento. Los importadores pueden encontrar proveedores fuera de China. íVale la pena, no queremos ser sirvientes de los chinos!".