En un comunicado conjunto, los representantes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea reafirmaron su compromiso con la desnuclearización de la península de Corea y pidieron al régimen de Kim Jong-un que abandone todos sus programas de armas nucleares, misiles balísticos y cualquier otro armamento de destrucción masiva, en cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

La reunión de los cancilleres se llevó a cabo al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich, un evento clave en la agenda diplomática internacional. Allí, los funcionarios discutieron las crecientes tensiones en Asia y Europa, con especial énfasis en el papel de Corea del Norte en el conflicto ruso-ucraniano.

El G7 advirtió sobre la intensificación de la colaboración entre Corea del Norte y Rusia, especialmente en el suministro de armamento. "El apoyo directo de Corea del Norte a la guerra de agresión de Rusia representa una peligrosa escalada del conflicto, con graves consecuencias para la seguridad europea y del Indo-Pacífico", indicaron en el documento.

En este sentido, los cancilleres exigieron a Pyongyang que cese toda asistencia militar a Moscú, lo que incluye el envío de armas y la supuesta presencia de tropas norcoreanas en territorio ruso. 

La relación entre ambos países se estrechó en los últimos meses, con reuniones entre altos funcionarios de ambos gobiernos y acuerdos que podrían involucrar transferencias de tecnología militar.

Washington y sus aliados acusan a Corea del Norte de suministrar misiles y municiones a Rusia, lo que estaría reforzando su capacidad bélica en Ucrania. A cambio, Pyongyang recibiría recursos clave para su economía y apoyo tecnológico para el desarrollo de su propio arsenal.

En paralelo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió con sus homólogos de Japón y Corea del Sur, Iwaya Takeshi y Cho Tae Yul, para fortalecer la cooperación en seguridad. 

La creciente cooperación entre Corea del Norte y Rusia es, para ellos, un factor de riesgo en la estabilidad global. "No toleraremos ninguna provocación o amenaza contra nuestras naciones", advirtieron los representantes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.