ByteDance, la compañía detrás de TikTok, desmintió categóricamente las versiones que la vinculaban a una posible venta de sus operaciones en Estados Unidos a Elon Musk, el propietario de X (antes Twitter). El rumor, que comenzó a circular en medios estadounidenses, fue calificado como "infundado" por fuentes cercanas a la empresa en Beijing, en un contexto donde las tensiones regulatorias y comerciales entre China y Estados Unidos complican el futuro de la plataforma en el país norteamericano.

Con una base de usuarios que supera los 170 millones en Estados Unidos, TikTok se convirtió en un actor clave del ecosistema digital global, acumulando tanto una enorme audiencia como valiosos datos que son la envidia de competidores y gobiernos. Según versiones que circularon por varios medios, Musk habría considerado adquirir los activos estadounidenses de la aplicación para integrarlos en su propio ecosistema digital, fortaleciendo no solo a X, sino también a su firma de inteligencia artificial, xAI.

Sin embargo, la realidad detrás de estas especulaciones es mucho más compleja. China varias veces dejó en claro que no está dispuesta a ceder su control sobre TikTok, especialmente en lo que respeta a su algoritmo de recomendación, que considera una tecnología sensata y estratégica. Las leyes chinas restringen la exportación de este tipo de software, lo que convierte cualquier negociación en un desafío diplomático y técnico de alta complejidad.

El futuro de TikTok en Estados Unidos pende de un hilo debido a la presión del gobierno de ese país, que insiste en que ByteDance transfiera el control de sus operaciones locales a una empresa estadounidense, alegando riesgos para la seguridad nacional. En este contexto, una hipotética venta a Elon Musk no deja de ser un escenario plausible, dado el historial del magnate en adquirir y transformar empresas tecnológicas estratégicas. La administración estadounidense fijó el 19 de enero de 2025 como fecha límite para que TikTok sea vendida a una entidad no china.

ByteDance enfrenta un escollo adicional: separar las operaciones estadounidenses del resto de la compañía representaría un desafío monumental, tanto en términos legales como técnicos, lo que podría extender las negociaciones durante años. Además, el precio de venta, estimado entre 40 y 50 mil millones de dólares, coloca la transacción en el mismo rango de magnitud que la adquisición de Twitter por Musk en 2022, lo que subraya la envergadura de este movimiento.

En las últimas horas surgió un nuevo postulante a quedarse con la empresa de origen chino, nada más y nada menos que MrBeast. El famoso youtuber, conocido por sus desafíos virales y sus actos filantrópicos, insinuó su interés en un tuit que rápidamente se volvió viral y encendió las especulaciones y el entusiasmo entre los usuarios.

“Está bien, compraré Tik Tok para que no lo baneen”, sostuvo. 

Algunos analistas consideran que el gobierno chino podría aprovechar la situación como una carta de negociación en sus relaciones con Washington, utilizando a TikTok como moneda de cambio en un escenario de tensiones bilaterales que abarca desde el comercio hasta la tecnología. Por otro lado, ByteDance podría optar por una estrategia más audaz: relanzar TikTok en Estados Unidos bajo una nueva marca y estructura, manteniendo la base de usuarios pero sorteando las prohibiciones locales.

Cualquiera sea el desenlace, la posibilidad de que TikTok pase a formar parte del creciente imperio digital de Musk no parece tan cercana. Por ahora, ByteDance mantiene firme su postura de no ceder el control, mientras el futuro de la aplicación en Estados Unidos se define en un tablero político y económico donde las piezas se mueven a gran velocidad.