El templo más grande del mundo y el desafío de gestionar un tesoro
Con una superficie de 162 hectáreas, este monumento es el motor de la economía turística de Camboya. Su gestión es un caso de estudio sobre el equilibrio entre la explotación comercial y la preservación sostenible.
Angkor Wat en Camboya ostenta el récord del mayor complejo religioso del mundo. Su majestuosidad atrae a millones de turistas, pero también presenta un desafío monumental: cómo proteger un patrimonio de la humanidad del éxito que lo amenaza.
Construido en el siglo XII, Angkor Wat es una obra maestra de la arquitectura jemer y el complejo religioso más grande jamás construido, un Récord Guinness que da fe de su escala monumental. Originalmente un templo hindú dedicado a Vishnu, se transformó luego en un centro budista. Hoy, es el símbolo de Camboya y uno de los destinos turísticos más importantes del sudeste asiático.
Cada año, más de dos millones de visitantes recorren sus galerías y suben a sus torres, generando cientos de millones de dólares para la economía del país. Pero este éxito tiene un costo.
La gestión de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como Angkor Wat es una operación logística y económica a gran escala. Implica:
- Control de multitudes: Implementar sistemas de venta de entradas y circuitos para evitar la saturación en los puntos más sensibles del complejo.
- Inversión en conservación: Destinar millones de dólares a la restauración de las estructuras de piedra, que sufren la erosión por el clima y el desgaste por el tránsito de personas.
- Desarrollo de infraestructura: Gestionar el crecimiento de la ciudad cercana de Siem Reap, con sus hoteles, restaurantes y aeropuertos, para que sea sostenible.
Los expertos en conservación y la UNESCO enfrentan un dilema constante. El turismo es vital para financiar la propia preservación del templo, pero al mismo tiempo es la mayor amenaza para su integridad. Los desafíos son:
- Desgaste físico: Las pisadas de millones de personas erosionan los bajorrelieves y las escaleras de piedra.
- Impacto ambiental: El bombeo de agua subterránea para abastecer a los hoteles de la zona amenaza la estabilidad de los cimientos del templo.
- Turismo masivo vs. experiencia cultural: El reto de evitar que el lugar se convierta en un "parque temático" y pierda su atmósfera espiritual.
El récord de Angkor Wat no es solo de tamaño, sino de resiliencia. Su supervivencia en el siglo XXI dependerá de encontrar el delicado equilibrio entre compartir su grandeza con el mundo y protegerlo para las generaciones futuras.