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Elecciones en Noruega: la ultraderecha y el futuro político en juego

La ultraderecha, encabezada por el Partido Progresista, busca ganar terreno con un discurso centrado en la inmigración. La alta participación anticipada sugiere un interés sin precedentes en estos comicios, que podrían definir el rumbo político del país escandinavo.

BAE Internacional

En Noruega, miles de ciudadanos se preparan para acudir a las urnas en unas elecciones legislativas que prometen ser reñidas y cargadas de incertidumbre.

El actual primer ministro, Jonas Gahr Store, del Partido Laborista, llega a esta cita electoral con una ligera ventaja sobre el bloque conservador, liderado por el Partido Progresista de Sylvi Listhaug.

Las encuestas otorgan a los laboristas un 28,5% de los votos, mientras que el bloque de izquierda podría alcanzar el 51% de las papeletas.

 

El discurso conservador

El bloque conservador, que ha centrado su campaña en un discurso de endurecimiento de las políticas migratorias, ha generado preocupación en un país donde los musulmanes constituyen la minoría religiosa más grande. Listhaug ha insistido en la necesidad de que los inmigrantes se adhieran a los "valores noruegos", una postura que ha ganado tracción incluso entre los conservadores.

Este enfoque ha encendido las alarmas en un contexto político ya de por sí tenso.

Los temas que más preocupan a los noruegos en esta campaña incluyen el empleo, la desigualdad, los impuestos y la gestión del fondo soberano, el más grande del mundo.

 

La influencia de Donald Trump

La situación geopolítica mundial, especialmente la invasión de Ucrania y el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos, podría beneficiar al actual mandatario. Jens Stoltenberg, exsecretario general de la OTAN, ha regresado a la política nacional como ministro de Finanzas, lo que podría influir en el resultado.

La participación anticipada ha alcanzado cifras récord, con más de 1,71 millones de votos emitidos antes del día de las elecciones, superando los 1,64 millones de 2021.

Este aumento en la participación refleja un interés creciente en el futuro político de Noruega, impulsado en parte por la pandemia de coronavirus.

La alta participación sugiere que los noruegos están más comprometidos que nunca con el destino de su país en un momento crítico.

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