Europa refuerza impuestos a las grandes empresas para bajar déficits públicos
Francia, Italia, España y el Reino Unido apuestan a gravar a las compañías con elevados ingresos para mejorar sus resultados fiscales
Con la solitaria excepción de Alemania, las principales economías europeas aumentarán la presión fiscal sobre las grandes empresas para hacer frente a sus desequilibrios presupuestarios. Francia e Italia son los últimos en aplicar estas medidas, mientras que España y Reino Unido ya venían avanzando en este terreno.
El gobierno francés, liderado por Michel Barnier, recientemente plasmó en su proyecto de presupuesto un aumento temporal del Impuesto de Sociedades para empresas con ingresos superiores a los 1.000 millones de euros. El nuevo esquema eleva la tasa del 25% al 30%, y para aquellas compañías que superen los 3.000 millones, el impuesto será del 35%. Este gravamen tiene como objetivo reducir el déficit fiscal, que se estima en un 6% del PIB para 2025.
Preocupación
Por su parte, Italia también planea aumentar la carga fiscal sobre las compañías que registraron mayores ganancias en el último ejercicio fiscal. Aunque aún no se conocen todos los detalles, el ministro de Economía, Giancarlo Gioretti, subrayó que el objetivo es estabilizar las cuentas públicas, que enfrentan un déficit del 3,8% sobre el PIB.
El debate sobre los impuestos a las grandes empresas en Europa ha generado preocupación entre expertos. Cristina Enache, de Tax Foundation, advierte que estas medidas podrían debilitar la competitividad, afectando la inversión y el crecimiento económico. "Este tipo de impuestos provocan incertidumbre en las empresas, lo que impacta negativamente en la creación de empleo y el aumento de salarios", afirmó la experta al medio español elEconomista.
Análisis
En España, el impuesto extraordinario a las grandes empresas energéticas implementado en 2023 permitió recaudar 2.908 millones de euros, muy cerca de la meta de 3.000 millones. El gobierno español evalúa ahora hacer permanente este tributo con algunas modificaciones, mientras continúa su plan fiscal a siete años enviado a la Comisión Europea.
Fuera de la Unión Europea, Reino Unido también se ha sumado a esta tendencia. El país implementará una tasa del 38% a partir de noviembre de 2024 sobre las empresas del sector petrolero y gasífero, alcanzando una carga impositiva efectiva del 78 por ciento.
A contramano
Alemania, por el contrario, ha decidido no seguir esta tendencia. El Bundesbank descartó la imposición de un tributo similar sobre los beneficios extraordinarios de las grandes corporaciones, optando por mantener la estabilidad fiscal con el "impuesto solidario" del 5,5% que sigue aplicándose sobre el Impuesto de Sociedades desde hace casi 30 años.
El creciente enfoque en los impuestos a las grandes empresas busca enfrentar los desafíos fiscales, pero su impacto en la competitividad y el desarrollo económico continúa siendo motivo de debate en Europa.