VOTO DE CONFIANZA

Francia atraviesa una semana decisiva marcada por la crisis política

Bayrou se juega la continuidad de su gobierno en una moción de confianza que define el rumbo de Macron y abre un futuro incierto

BAE Negocios

Mañana, el primer ministro François Bayrou enfrentará una moción de confianza que él mismo solicitó y que se transformó en el epicentro de la crisis política francesa. La votación no solo determinará el futuro inmediato de su gabinete, sino que también pondrá a prueba la estrategia del presidente Emmanuel Macron para sostener una gobernabilidad cada vez más frágil.

El detonante fue el plan de recortes sociales que Bayrou elaboró como respuesta a una deuda pública que ya alcanza el 114% del PBI. La propuesta contempla un ajuste de 44.000 millones de euros con medidas drásticas: congelamiento de pensiones, prestaciones sociales y salarios estatales; eliminación de feriados; reducción de medicamentos subsidiados y un recorte en la plantilla de la administración pública. Como contracara, el proyecto incluye un impuesto de solidaridad para los sectores de mayores ingresos.

Presentado hace mes y medio bajo el título “El momento de la verdad”, el plan desató un rechazo social y político que ni el verano logró amortiguar. Al contrario, las protestas convocadas en redes sociales bajo el lema “Bloquons tout” para el 10 de septiembre recuerdan el clima de los “chalecos amarillos” y tensan aún más la situación.

 

Dilema

Los bloques parlamentarios se alinearon con firmeza contra Bayrou. La ultraderecha, la izquierda de Jean-Luc Mélenchon y el Partido Socialista ya confirmaron su voto negativo. Con esa mayoría en contra, la derrota del primer ministro parece inevitable. De concretarse, sería la caída del segundo gabinete de Macron en apenas un año, después del fracaso de Michel Barnier.

El desenlace deja a Macron ante un dilema: convocar elecciones anticipadas o designar un nuevo gobierno. Ninguna de las dos salidas asegura estabilidad ni despeja la amenaza de insolvencia que pesa sobre la segunda economía de la Unión Europea. Francia se encamina, así, a una semana clave que redefine su rumbo político y profundiza la crisis de liderazgo del presidente.

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