La actividad manufacturera de Estados Unidos se contrajo al ritmo más rápido del año a principios de este mes, afectada por una mayor debilidad en la producción, los pedidos y el empleo fabril. Según el índice S&P Flash Manufacturing PMI de agosto, la actividad cayó 1,6 puntos, situándose en 48, lo que refleja una clara contracción en el sector, que es lo que indican las lecturas por debajo de 50.

El informe también destaca que, aunque la actividad manufacturera disminuyó, la actividad de servicios se expandió a un ritmo sólido, mostrando una salud subyacente en gran parte de la economía. No obstante, los precios que reciben los proveedores de servicios disminuyeron al nivel más bajo desde principios de año.

Chris Williamson, economista jefe de negocios de S&P Global Market Intelligence, comentó que la actividad económica general muestra signos de desaceleración debido a los desequilibrios existentes, a pesar de la lenta normalización de la inflación. La actividad manufacturera, en particular, enfrenta retos significativos con todos los componentes del PMI mostrando debilidad.

Entre los puntos críticos, la actividad de producción registró su mayor contracción en 14 meses, mientras que los pedidos se contrajeron por segundo mes consecutivo. Asimismo, el empleo en el sector casi se estancó, reflejando una preocupante tendencia en la actividad fabril.

Además, los inventarios de productos terminados aumentaron por tercer mes, lo que sugiere que los productores podrían verse obligados a reducir aún más su actividad en respuesta a la disminución de los pedidos.

En contraste, los proveedores de servicios experimentaron un ligero crecimiento en nuevos negocios, lo que generó un mayor optimismo sobre la actividad futura. Sin embargo, este optimismo se vio limitado por la incertidumbre relacionada con las elecciones presidenciales de noviembre y las preocupaciones sobre la demanda, especialmente en el sector manufacturero.