DESCUBRIMIENTO

Hallan un volcán que expulsa oro: dónde está y por qué pasa

Según estimaciones de los científicos, el volcán Erebus libera hasta 80 gramos de oro al día, lo que equivale a un valor aproximado de más de $6.000.000

BAE Negocios

En el continente antártico, un fenómeno geológico asombró a la comunidad científica. El Monte Erebus, un volcán activo situado en la Isla de Ross, no solo emite gases y cenizas, sino que también expulsa partículas de oro.

Este fenómeno insólito despertó la curiosidad de geólogos y científicos de todo el mundo, quienes se esfuerzan por entender cómo es posible que un volcán libere partículas de este metal precioso.

¿Por qué el Erebus lanza partículas de oro?

El Monte Erebus es un volcán peculiar por múltiples razones: con una altitud de 3.794 metros, se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones más activas del mundo en términos de actividad volcánica.

A diferencia de otros volcanes, el magma del Erebus tiene un bajo contenido de agua, lo que facilita la emisión de gases que arrastran consigo pequeñas partículas metálicas, entre ellas la de oro que se encontraron recientemente.

Estas diminutas partículas de oro, que varían entre 0,1 y 60 micrómetros de diámetro, se dispersan en la atmósfera y también se depositan en la nieve que rodea el cráter del volcán.

Además, pueden viajar grandes distancias, al llegar a alejarse hasta 1.000 kilómetros del volcán y cubrir extensas áreas del continente antártico.

Los misterios del Monte Erebus

Otro aspecto que hace único al Erebus es su longevidad. Este volcán permanece en constante actividad desde 1972, lo que lo convierte en uno de los pocos volcanes en el mundo con un lago de lava activo.

A pesar de su continuo flujo de actividad, los científicos enfrentan serios desafíos para estudiarlo debido a las difíciles condiciones logísticas de la Antártida.

Conor Bacon, geólogo de la Universidad de Columbia, señala que las extremas condiciones de la región dificultan la observación de fenómenos volcánicos.

La mayoría de los volcanes antárticos carecen de redes de monitoreo permanentes, lo que complica la detección de irregularidades sísmicas o eruptivas. Esto ha hecho que el Erebus sea un objeto de estudio complejo, pero no por ello menos fascinante.

El Monte Erebus no solo es un desafío para los geólogos, sino también un lugar cargado de historia. Descubierto en 1841 por el explorador James Clark Ross, el volcán fue testigo de momentos históricos importantes, como el trágico accidente del vuelo 901 de Air New Zealand en 1979, que dejó 257 víctimas.

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