La deuda de los hogares de EE.UU. ya es mayor que antes de la crisis del 2008

Estiman que la morosidad en pagos de tarjetas de crédito será este año la mayor en una década

BAE Negocios

A poco más de una década del inicio de la crisis de las hipotecas sub-prime en Estados Unidos en el 2008, que puso a la economía mundial en jaque, los ciudadanos estadounidenses han incrementado por 22° trimestre consecutivo la cantidad de préstamos tomados para comprar vivienda o refinanciar sus hipotecas, con lo cual la deuda de los hogares supera en 1,5 billones de dólares a la registrada a comienzos de la crisis financiera mundial.

El volumen total de deuda acumulada por los hogares en EEUU superó los USD14 billones en el cuarto trimestre de 2019, tras haber aumentado USD601.000 millones. Se trata de un incremento del 4,4% en relación con la cifra registrada a comienzos del año pasado, señala el informe publicado por la Reserva Federal de Nueva York y replicado por varios medios económicos.

Los préstamos hipotecarios aumentaron unos USD120.000 millones y suman ahora un total de USD9,56 billones. El tipo de interés para una hipoteca a 30 años se ha desplomado unos 100 puntos básicos durante el último año, fortaleciendo el poder adquisitivo de los consumidores. Por ejemplo, el pago mensual para una hipoteca de USD500.000 disminuyó unos USD300.

A su vez, los préstamos hipotecarios para jóvenes de entre 18 y 29 años batieron un nuevo récord tras haberse situado en USD1,04 billones. Se trata de una cifra que no había sido registrada desde el tercer trimestre del 2007, justo antes de la crisis hipotecaria.

"Las aperturas de hipotecas, incluidas las refinanciaciones, aumentaron significativamente en el último trimestre de 2019, y las aperturas de préstamos para automóviles también se mantuvieron al ritmo acelerado visto durante todo el año", dijo Wilbert Van Der Klaauw, vicepresidente senior de la Fed de Nueva York, en un comunicado de prensa. "Los datos también muestran que las transiciones a la morosidad entre los prestatarios de tarjetas de crédito han aumentado constantemente desde 2016, especialmente entre los prestatarios más jóvenes", agregó.

Sin embargo, menos deudores de tarjetas de crédito quedaron en mora el último trimestre que en el período anterior, señala el informe, aunque el número aún alcanzó un máximo de 18 meses.

"Cuando la economía es fuerte, normalmente no se esperaría que a menos que estén cambiando los estándares de préstamos", dijo Van Der Klaauw a la agencia Reuters. "También podría ser que la economía es muy fuerte en general, pero hay algunos subgrupos, y tal vez los jóvenes en particular, que no se benefician tanto de eso".

La agencia estadounidense de informes de crédito al consumidor TransUnion estimó en diciembre que en 2020 el número de estadounidenses que se retrasarían en sus pagos con tarjeta de crédito alcanzaría sus niveles más altos en una década. Matt Komos, vicepresidente de investigación y consultoría de TransUnion, le dijo a Bloomberg en ese momento que con la expansión del crédito, la tendencia no era preocupante en sí misma.

Estudiantes

Mientras tanto, la deuda estudiantil en EEUU ha pasado de USD1,46 billones —registrados a finales del 2018— a USD1,51 billones al cierre del 2019. Uno de cada nueve estudiantes demoró el pago o se declaró en quiebra el año pasado. Sin embargo, la cifra podría ser mayor. Actualmente la mitad de préstamos estudiantiles se ha prorrogado, atraviesa el período de gracia o no se recauda forzosamente. Son factores por los que estas deudas no han entrado en el ciclo de reembolso, y una vez sí lo hagan la tasa de morosidad puede duplicarse, advierten los analistas de la Reserva Federal de Nueva York.

El tema de la creciente deuda de préstamos estudiantiles en los EE. UU., Que totaliza alrededor de USD1.7 trillones, se ha convertido en un tema candente en la carrera de la campaña presidencial de EE. UU. 2020, con dos candidatos, los senadores Bernie Sanders (I-VT) y Elizabeth Warren (D- MA), ambos se comprometieron a eliminar la mayoría de esa deuda. Además, activistas como el Colectivo de Deuda, que se formó durante las protestas de Occupy Wall Street en 2011, están organizando una huelga de deuda nacional, en la que las personas se negarían en masa a pagar sus deudas de préstamos estudiantiles.

"Tengo que pagar mi renta y recibir atención médica, o pagar mis préstamos", dijo a CNBC Sandy Nurse, una activista de Debt Collective, para un artículo del miércoles. "Es una de las razones por las que ni siquiera pienso en tener hijos. ¿Cómo puede alguien permitírselo?", enfatizó.

Una encuesta reciente realizada por la empresa de servicios financieros para consumidores Bankrate reveló que solo el 41% de los adultos estadounidenses podrían pagar un gasto de emergencia de USD1.000 sin pedir prestado al menos parte del dinero necesario para pagarlo, informó Sputnik. El analista financiero jefe de Bankrate, Greg McBride, señaló que el gasto repentino promedio de USD3.500, si se paga con crédito, el método más común utilizado, generaría otros USD1.000 en intereses en otros gastos.

No es un secreto que un nivel de deuda adecuado impulsa la economía de un Estado, es decir, permite a las personas físicas hacer grandes inversiones sin la necesidad de acumular grandes cantidades de reserva. Teóricamente los préstamos no deberían causar ningún problema, pero la crisis financiera mundial del 2008 reveló que el rápido crecimiento de la deuda de los hogares —sobre todo las hipotecas— puede ser peligroso.

A corto plazo que aumenten los préstamos puede repercutir en que se acelere el crecimiento económico y suba el empleo. Inicialmente los hogares contraen más deudas para comprar nuevas casas o automóviles. Estas actividades dan un impulso positivo a la economía, dado que los fabricantes de automóviles y las empresas especializadas en la construcción empiezan a contratar cada vez más empleados.

No obstante, a los tres o cinco años dicha tendencia positiva suele cambiar de rumbo. Los hogares demasiado endeudados pueden verse obligados a reducir sus gastos para poder reembolsar sus préstamos. Como resultado, el crecimiento económico se ralentiza y alcanza niveles inferiores a los de antes mientras que la posibilidad de una crisis financiera aumenta. Con todo ello, cuanto mayor sea el endeudamiento —característico de los países desarrollados—, más fuertes son sus efectos negativos en la economía, concluyen los analistas del Fondo Monetario Internacional.

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