El sector fabril de la eurozona repuntó en junio, dando un pequeño impulso al crecimiento global para cerrar con nota positiva un trimestre por lo demás débil, según datos de la agencia estadística de la Unión Europea (UE),  Eurostat.

La producción industrial de los 20 países que comparten el euro creció un 0,5% en el mes, superando las expectativas de un aumento del 0,2%, mientras que el producto interior bruto (PIB) subió un 0,3% en el segundo trimestre, sin cambios respecto a los datos preliminares, dijo el organismo.

Sin embargo, el crecimiento subyacente fue probablemente más débil, ya que los datos están distorsionados por un aumento del 3,3% del PIB irlandés, impulsado por el impacto sobredimensionado de las grandes empresas extranjeras establecidas allí por razones fiscales.

De hecho, la economía de la zona euro lleva tres trimestres estancada, lastrada por la recesión del sector manufacturero y los elevados costes de los alimentos y la energía.

Los indicadores adelantados apuntan a un estancamiento en los próximos trimestres, en parte debido a la seguidilla de subas de los tipos de interés, que obligarán al Banco Central Europeo (BCE) a extremar las precauciones a la hora de subir aún más el costo del dinero.

Los especialistas consideran no obstante improbable una recesión más profunda, sobre todo porque el desempleo se mantiene en mínimos históricos y el empleo creció un 0,2% en el trimestre, lo que sugiere que el mercado laboral sigue funcionando bien.

El mercado laboral está tan tenso que el 43% de las empresas alemanas declaran escasez de trabajadores cualificados, según el instituto Ifo, una aparente anomalía, ya que un crecimiento débil debería hacer subir el desempleo.

Pero las empresas, que disfrutan de algunos de sus mejores márgenes en años, están acaparando mano de obra por temor a que la recontratación de trabajadores sea demasiado difícil una vez que comience la recuperación, afirman los economistas.

Por el momento, la principal expectativa de los economistas es que la zona euro registre un pequeño crecimiento en los próximos trimestres, favorecido por lo que se prevé que sea una fuerte temporada turística y una continua demanda de trabajadores, sobre todo en el sector servicios.

Tampoco es probable que los tipos de interés suban mucho más, ya que el debate se centra en si es necesaria una última subida de tipos para contener la inflación.

Situado en el 3,75%, el tipo de interés oficial del BCE es el más alto desde principios de siglo, pero la inflación por fin está disminuyendo y los dirigentes monetarios han expresado su confianza en que el rápido ciclo de endurecimiento de la política monetaria está empezando a dar sus frutos.