Decenas de miles de hongkoneses desobedecieron el pedido de la Policía de no salir a las calles y marcharon ayer a través de la región oriental de la ciudad para denunciar la represión policial y de mafias pro gubernamentales de las últimas semanas.

Al caer la noche, la Policía lanzó gases lacrimógenos a los manifestantes que no se dispersaban, según denunció el diario local South China Morning Post.

Nuevamente se vivieron horas de caos en el centro comercial de Hong Kong, con corridas, nubes de gases y policías antidisturbios persiguiendo a manifestantes en las calles y hasta dentro de shoppings y estaciones de subte y trenes. El saldo final fue de 23 manifestantes heridos y 11 detenidos, entre ellos, uno de los organizadores de las manifestaciones, Max Chung Kin-ping.