Protesta de chalecos amarillos se destiñe, pero la ultraderecha crece en Francia

La eterna candidata Marine Le Pen ganaría en una potencial primera vuelta

BAE Negocios

El quinto sábado de protesta no fue lo mismo en París. Miles de manifestantes arropados con chalecos amarillos salieron a las calles de la capital francesa para protestar pero no fueron tantos como en las anteriores marchas. Una vez más protestaron contra el elevado costo de la vida y exigir la renuncia del presidente, Emmanuel Macron, pese a que el mandatario anunció la suspensión de parte de sus polémicas reformas. El panorama político francés parece haber tomado un nuevo rumbo: las urnas. Según una encuesta conocida ayer, domingo, la candidata ultraderechista, Marine Le Pen le ganaría en primera vuelta al actual mandatario.

La encuesta del instituto Ifop para el semanario Le Journal du Dimanche señaló que, con los mismos candidatos que en abril de 2017, Le Pen se colocaría a la cabeza con el 27% de los votos, dos puntos más que Macron.

La encuesta indica que el jefe del Estado quedaría en segundo puesto aunque mejoría su resultado de abril del año pasado (24%), mientras que la dirigente de Agrupación Nacional consiguió en esa fecha el 21,3%.

Mientras el descontento de la clase media busca encauzarse, la marcha del sábado tuvo dos víctimas fatales. Dos personas una al noreste de París y la otra cerca de la frontera con Bélgica murieron en accidentes causados por los bloqueos de rutas y elevaron a ocho la cantidad de fallecidos en el contexto de estas protestas.

El sábado, una vez más, la celebre avenida Champs-Élysées vivió momentos de tensión entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos para dispersar a un grupo que intentó forzar una barrera policial. Más de 150 personas fueron arrestadas. Una cifra en baja con respecto a las 598 detenciones 475 de ellas bajo custodia realizadas al mismo momento del pasado anterior.

A la vez, las autoridades reportaron siete heridos, cantidad sensiblemente inferior a los más de 100 de hace siete días. Esos hechos se explican por una menor convocatoria en las calles parisinas, donde salieron alrededor de 2.200 manifestantes, frente a los 10.000 de la semana pasada. A diferencia de las movilizaciones precedentes, el último sábado abrieron muchas de las atracciones turísticas de la ciudad, entre ellas el museo del Louvre y la Torre Eiffel.

Con esta nueva jornada de movilización, los denominados chalecos amarillos, un grupo nacido en rechazo al alza de los combustibles y que ahora aglutina el malestar general hacia las políticas de Macron, continúa su pulseada contra el gobierno. La semana pasada, varios miembros del Ejecutivo habían pedido la suspensión de las protestas después de que cuatro personas murieran en un atentado perpetrado el martes pasado en el mercado navideño de la ciudad de Estrasburgo.

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