La activista sueca Greta Thunberg ha vuelto a ser el centro de atención tras responder con ironía a los comentarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En un intercambio que ha captado la atención internacional, Thunberg agradeció los "halagos" de Trump, quien la había calificado de "alborotadora" y sugirió que "debería ver a un médico".

La joven activista, conocida por su lucha contra el cambio climático, no tardó en responder a través de las redes sociales, donde expresó su gratitud por la preocupación de Trump por su salud mental.

Thunberg, quien fue deportada de Israel tras participar en la Global Sumud Flotilla con ayuda para Gaza, aprovechó la ocasión para devolver el comentario, sugiriendo que es Trump quien tiene "problemas para gestionar la ira".

Esta respuesta se produce en un contexto de creciente tensión internacional, donde Thunberg ha sido una voz crítica respecto a las acciones de Israel en la Franja de Gaza, calificándolas de "genocidio". Su participación en la flotilla, que fue interceptada, es parte de su compromiso con causas humanitarias y de justicia social.

El intercambio entre Thunberg y Trump no es nuevo, ya que en ocasiones anteriores la activista ha respondido a las críticas del mandatario estadounidense.

Sin embargo, este último episodio resalta la capacidad de Thunberg para utilizar la ironía como herramienta de respuesta, subrayando la importancia de la gestión emocional en líderes de alto perfil.

La joven sueca continúa siendo una figura influyente en el ámbito internacional, utilizando su plataforma para abogar por cambios significativos en políticas medioambientales y de derechos humanos.