POLÉMICA

Un empleado había advertido por fallas de seguridad en el submarino desaparecido y lo despidieron

El submarino de OceanGate desapareció este domingo. Hace cinco años, David Lochridge presentó un informe, desconfiado de su seguridad. Qué detalles alertaba

BAE Negocios

Un empleado advirtió en 2018 sobre las fallas de seguridad del submarino que viajaba a ver los restos del Titanic, ahora desaparecido, pero la empresa lo despidió. Alertó por imperfecciones en las pruebas y hasta la cantidad de metros que soportaría sumergirse. 

David Lochridge es un piloto escocés que trabajó durante tres años para OceanGate Expeditions, dueña de la nave perdida en el Atlántico norte, frente a Terranova (Canadá). Presentó un informe de inspección de calidad con sus preocupaciones sobre el barco, pero recibió "hostilidad y negación" de la compañía y una carta de despido, según contó a Forbes.

 

Durante su paso por la empresa con sede en Washington, Lochridge llegó a ser director de operaciones marinas. A cargo de ese puesto, se reunió en enero de 2018 con autoridades de la empresa para presentarles un informe con sus preocupaciones, relacionadas con el control de calidad y la seguridad

Desde este domingo no se sabe nada más del submarino "Titán": perdió contacto con tierra firme casi dos horas después de sumergirse. Llevaba cinco turistas que pagaron 250.000 dólares para conocer los restos del Titanic en fondo del mar. 

Un empleado había advertido por fallas de seguridad en el submarino desaparecido y lo despidieron
OceanGate Expeditions está a cargo de las tripulaciones que visitan los restos hundidos del Titanic
Preocupaciones sobre la seguridad del submarino: qué decía el informe de Lochridge

Cuando demandó a OceanGate por despido injustificado, el piloto presentó un detalle de su informe técnico sobre el Titán.  

Cinco años atrás, Lochridge notó importantes problemas de seguridad: casi no hubo pruebas no tripuladas de la nave, el sistema de alarma solo sonaría "milisegundos" antes de una implosión, y el subacuático solo estaba certificado para soportar una presión de 1.300 metros, a pesar de que OceanGate planeaba llevarlo a 4.000 metros bajo el agua.

En su reclamo por el despido, el escocés alegó que se encontró con "hostilidad y negación de acceso a la documentación necesaria que debería haber estado disponible gratuitamente" para poder seguir inspeccionando. 

Acto seguido, le dieron "aproximadamente 10 minutos para limpiar inmediatamente su escritorio y salir de las instalaciones".

Por el otro lado, OceanGate dijo que parecía que "Lochridge estaba tratando de ser despedido" y que había rechazado algunos datos de la compañía cuando estaba realizando su investigación, según el New York Times. La demanda se resolvió más tarde con un acuerdo entre las partes, no especificado públicamente. 

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