Un visitante inesperado que viaja a 245.000 km/h desconcierta a la NASA
La NASA confirmó la detección de A11pl3Z, un objeto interestelar que viaja a 245.000 km/h, sin cola ni órbita definida. Se acercará a Marte en octubre
La NASA confirmó la detección de un objeto interestelar con un comportamiento fuera de lo común. Fue bautizado como A11pl3Z y, según los cálculos de los astrónomos, viaja a unos 245.000 km/h en dirección al sistema solar.
El hallazgo se produjo el 25 de junio gracias al sistema ATLAS, que rastrea el cielo en busca de cuerpos cercanos a la Tierra. Lo que desconcierta a los especialistas es que no sigue las reglas conocidas de la gravedad ni presenta las características clásicas de un cometa.
"Hay que permanecer en alerta", advirtieron los científicos, quienes remarcaron que A11pl3Z podría ser el tercer objeto espacial más grande jamás avistado por los seres humanos, con un diámetro estimado entre 10 y 20 kilómetros.
A diferencia de los cometas, que suelen formar una atmósfera brillante y una cola de polvo y gas al acercarse al Sol, este visitante no exhibe ninguno de esos signos. Su trayectoria es hiperbólica, lo que confirma que no está ligado a la gravedad solar y que se trata de un viajero intergaláctico que solo permanecerá un tiempo breve en la vecindad de la Tierra.
Los cálculos actuales indican que en octubre pasará cerca de Marte y que en diciembre alcanzará su punto más cercano a nuestro planeta. Sin embargo, no representa peligro alguno: en ese momento la Tierra estará al otro lado del Sol, lo que anula cualquier posibilidad de impacto.
Pese a ello, su origen y naturaleza siguen siendo un misterio. Los investigadores evalúan si se trata de un cometa sin actividad visible, un asteroide o incluso un tipo de objeto desconocido hasta ahora. La rareza de su movimiento y su tamaño motivaron la atención de telescopios de última generación como el James Webb Space Telescope y el Vera C. Rubin Observatory, que ya siguen de cerca su recorrido.
Al igual que ocurrió con los casos de Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019, la llegada de A11pl3Z vuelve a poner a prueba las herramientas de la astronomía moderna y abre interrogantes sobre lo que existe más allá de los confines del sistema solar.