Gastronomía en pandemia

Cerraron los restaurantes Paxapoga de Pinamar, abren Automac de paella en la Costa y Palermo

En 1977, fundaron el primer local de comida española. No volverán a reabrirlos, quedará sólo el de Cariló y el de Palermo en el Centro Cangas del Narcea. 

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Pinamar no será lo mismo este verano. Cerraron los dos históricos restaurantes Paxapoga especializados en comida española, fundados por Antonio Riesco y su esposa Tina, quienes desembarcaron en esas tierras en 1977. El único que queda en pie en la costa es el de Cariló. Pero los que no puedan veranear, cuentan con Paxapoga en el Centro Cangas del Narcea en Palermo. Para sostener la marca y el personal, abrirán un local para delivery en Pinamar. La novedad es que tanto en la costa como en la sede porteña lanzan el Automac de paella.

En 1944, Antonio Riesco trabajaba en una mina de carbón en Cerredo, Asturias. Durante la época de la posguerra civil española conoció a Tina, una joven que ayudaba a su madre a servir la comida para cientos de mineros. Entre los pueblos donde ambos vivían había una taberna que se llamaba Pasapoga. Siempre soñaron con abrir un restaurante similar. Casados y con un hijo de tres años, Antonio, recibieron la invitación de un tío y vinieron a la Argentina en un viaje en barco que duró 15 días. Al tiempo pudieron conocer Pinamar, en ese entonces un pueblo de 5000 habitantes, y abrieron un restaurante, en Bunge y Libertador, lo que se convertiría en una de las mejores esquinas.

Dueños de Paxapoga
Antonio Riesco y Tina fundadores de Paxapoga

Si bien ofrecen pastas, minutas y parrillas, son reconocidos por sus platos españoles y la estrella es la paella.  En el año 2009, su hija Angélica y tres nietos, abren el segundo local, Paxapoga del Mar a tres cuadras de distancia.  En el año 2012 inauguran Paxapoga del Bosque Cariló.  La marca fue creciendo y expandiéndose, Antonio falleció y Tina con sus 96 años, resiste firme en Pinamar. No pudo enterarse que de su querido Centro Cangas del Narcea de Palermo, fueron a buscarlos para que se hagan cargo de la concesión del restaurante que lleva el nombre de Paxapoga desde el año pasado.

El primer local de Pinamar, al que todos llamaban el tradicional, hace tiempo que lo querían comprar para hacer una torre. Alejandro Vilar, nieto de los fundadores contó a BAE Negocios: “Históricamente nuestros locales estaban abiertos todo el año, pero con la pandemia decidimos no abrirlos. Finalmente ‘el tradicional’ fue vendido y cerró definitivamente, no por la pandemia, sino porque se hará un edificio. En el otro local Paxapoga del Mar, justo se nos vencía el alquiler y los montos eran altos, finalmente irá un supermercado. El único restaurante que tendremos en la costa será el de Carilo que tiene terraza y patio y lugar para 170 comensales”.

Con tantos años de historia Paxapoga cuenta con bastante personal tiene 17 empleados en la costa y 10  en Palermo. En el verano, se triplica el personal porque no dan abasto. Por día hacían un promedio de 1300 cubiertos en temporada, por eso deben sumar 27 empleados que llegan desde varias provincias de norte. Alejandro Vilar señaló: “Por estas cosas de la pandemia 10 trabajadores no pudieron volverse a su provincia y como somos casi una familia, les conseguimos alojamiento y durante un mes y medio comían en el restaurante. Ahora hacen changas en la construcción. Como tenemos 27 contratos temporales y tenemos la obligación de darles trabajo, pensamos en abrir un local que no este ubicado en la avenida principal sin mesas”.

Automac de paellas en Palermo y Pinamar

Esta familia es muy ingeniosa, Alejandro es ingeniero en sistemas y hace varios años tenía diseñado el sistema Paxapos que les permitía hacer delivery sin necesidad de recurrir a las App. “La idea es no abrir un restaurante tradicional en Pinamar con mesas, no es el momento. Abriremos en una avenida que no sea principal por medio de Whatsapp o de nuestra aplicación Paxapos, ofreceremos delivery, take away y una especie de Automac de paellas para tener la comida lista cuando la gente salga de la playa y quiera pasar a buscarla. Ahora hasta el local de Cariló está cerrado, sólo abriremos cuando los propietarios de casas puedan ir. El de Pinamar lo abriremos en diciembre”, señaló.

El restaurante tiene un área de negocios bautizada Paxapoga Lab, se trata de un laboratorio de tecnología gastronómica. Alejandro Vilar es su responsable y contó a BAE Negocios: “Ofrecemos un sistema de gestión gastronómica integral para hacer las compras y vender y la información estadística y tenemos de clientes a restaurantes y hoteles, ya que también se administran las reservas. Pero además contamos con Paxapos, la app para tomar pedidos, derivarlos a la cocina, que va haciendo un seguimiento hasta que es retirado o entregado, la comercializamos muchos restaurantes”.

En Pinamar, armaron una base de datos con información de sus clientes, querían saber dónde podían abrir otro negocio. La pandemia los sorprendió como a todos, pero buena parte de la familia estaba en Buenos Aires. En pleno aislamiento empezaron a mirar la base de clientes y de 2800, 1600 estaban en el área del local de Palermo. Comenzaron a llamar a los clientes de temporada y lograron ofrecer delivery y cubrir todos los datos desde ese local.   En Pinamar los trabajadores reciben ATP, pero en suelo porteño como el restaurante es nuevo, no tienen ayuda.

Crisis de la gastronomía en la pandemia

Uno de los nietos del fundador señaló: ”Es un momento muy complicado, tenemos más esperanzas en Capital que en la costa. Pero no nos vamos a ir de Pinamar. Con mucho orgullo fuimos creciendo todos estos años y trataremos que esta pandemia no nos saque las ganas de crecer”.

Pinamar es todo para la familia Alejandro recuerda que él y sus hermanos desde chico trabajan ayudando a sus abuelos. “Un día vino a comer Américo Gallego, cuando era director técnico de River. Todos nosotros somos de Boca, el hijo del Tolo justo iba caminando por uno de los pasillos y mi hermano Diego, el mayor, no tuvo mejor idea que decirle ‘gallina’, justo al hijo de Gallego. Le respondió y lo empujó, le hizo caer una paella a Darío, uno de los mozos. Mi abuelo se enojó como nunca, nos retó y aprendimos: nunca más le dijimos algo a un cliente. Nos enseñó que de religión, política y fútbol no se habla y que somos del que venga al restaurante. Afuera podemos hacer otra cosa, pero adentro no. Y lo aprendimos, nunca más dijimos algo indebido”, contó Alejandro, recordando una anécdota de hace 25 años. Si bien cerraron los dos locales, las ganas de seguir con Paxapoga siguen intactas.

Paxapoga Palermo
Paxapoga Palermo en el Centro Cangas del Narceo
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