La Ciudad de Buenos Aires perdió a uno de sus bares de billares más antiguos. Cerró sus puertas Billares Alenjo, ubicado en el barrio de Boedo. Algunos aseguran que fue fundado en 1920, cerró en la pandemia y no pudo resistir, ahora se convertirá en una perfumería Pigmento.

Alberto, uno de sus últimos dueños contó en una publicación del Gobierno de la Ciudad: “Antes fue el Teatro América. Mi papá lo tiene desde 1960, ya era bar y billar. Él después le hizo unas reformas, le cambió el mostrador para un lado; le puso más la onda española: los jamones colgados, los sándwiches de pavita que bueno, hoy también hay otra casa que es muy conocida por el tema de los sándwiches de pavita pero sándwiches de pavita podría animarme a decir que mi papá los inició, no quiero meter la pata, por ahí después dicen “Pará, me estás moviendo el piso””

Sin querer dejó en el aire una duda: ¿el sándwich de pavita nació el Alenjo, en Trianon, o en Margot, el bar que queda a pasos, en el pasaje San Ignacio y Boedo? Porque justamente Billares Alenjo, el bar que cerró en la pandemia, está a pasos de bar y del restaurante Pugliese que desde que llegó el coronavirus sólo abre hasta las 19 horas. Sus dueños prefieren ponerle más fichas al Trianon.

Alenjo no sólo tenía billares y pool sino que se jugaban juegos de salón. “Nunca se jugó por dinero”, repetía su dueño. Sus habitués podían disfrutar del ajedrez; dominó y cartas.

Quedan pocos billares en Buenos Aires, cada vez menos. “Lamentablemente, te digo que yo estoy muy triste porque yo nací con el billar y va ligado a mi vida y noto que a medida que la gente grande se va yendo, se va yendo el billar porque no hay relevos. Cuando yo tenía 10 años, toda la gente de 30, 40, 50, 60 años, todos jugaban al billar; muchos se fueron y no dejaron herederos en el billar. Lo venimos sosteniendo en realidad porque económicamente no es redituable, pero más que nada por la memoria de mi papá y por el cariño al lugar. Si uno tuviese que ser objetivo y pensar en que es un negocio, no nos sirve, no sirve”, contaba hace unos años cuando no se imaginaba que iba a desembarcar una pandemia.

El bar La Academia tiene una mesa de billar profesional  y seis de pool

Cada vez menos bares, mantienen intacta esta tradición de jugar con tres bolas o cuatro bolas. El billar que estaba arriba del bar La Paz no tiene habilitadas las mesas desde hace muchos años, aunque todo esta intacto. Boedo Billar Club sigue firme con su prestigio internacional. Siguen abiertos “Los 36 Billares”, “La Academia” y el “San Bernardo”, entre otros.

La Academia que el mes que viene cumple 91 años, supo tener siete mesas de billares. Las empezaron a sacar en los 2000 y hoy tiene una sola mesa profesional de billar y seis de pool. Roberto López, dueño de La Academia contó a BAE Negocios: “El que juega al billar, se aburre al pool. Tenemos además tres mesas de ping pong y dos de metegol. Viene poca gente a jugar al billar, hay que saber. Se juega con tres bolas a tres bandas y es difícil. El de cuatro bolas es a carambola y es más fácil. Hay que jugar bien para hacer carambola pegando en las bandas”.

En La Academia que está abierta desde las 7 hasta las 2 de la mañana, la hora del billar cuesta $400 y $200 la hora para jugar al pool, aparte hay que pedir una consumición de un café o gaseosa, lo que sea.

En “Los 36 Billares” se puede ir desde las 7 a la 1 de la mañana, se respetan estrictamente los protocolos y la hora de billar cuesta $190 y la hora de pool $250. Son algunos de los pocos bares que resisten, entre otros, y mantienen las tradiciones.