La fábrica de cosechadoras Vassalli, fundada en 1949, está a punto de resurgir. Hace más de tres años que atraviesa una difícil situación. Tuvo otros dueños y no resultó, hace casi dos años está en concurso de acreedores y ahora será vendida a un fideicomiso que se hará cargo en enero, si se aprueba la operación.

Supo ser emblema del sector de maquinarias agrícolas, pero con la muerte de su dueño Roque a principios de los 90, tuvo que hacerse cargo su nieta, Mariana Rossi Vassalli, de apenas veintipico de años. Sin experiencia pero con pasión siguió con la operación. Tenía más de 600 empleados.

En junio de 2016, cedió las acciones a los cinco principales concesionarios que prometieron invertir y terminaron despidiendo a 300 trabajadores y casi fundieron la empresa.

Gracias a la lucha de los trabajadores y la UOM, que tomaron la planta por 45 días, los dueños de los concesionarios devolvieron las acciones y la dueña recuperó la empresa. Sólo Néstor Girolamino no cumplió con su palabra, retiene las acciones y ahora está pendiente del juicio. La situación se complicó, con deudas que ascienden a $700 millones, y Mariana Rossi Vassalli buscó otra vez inversores.

Miguel Carrara, abogado de Vassalli, confirmó a BAE Negocios: "Hay un convenio firmado con un grupo que opera un fideicomiso, hace dos meses que estamos en negociaciones. Falta la aprobación de la Sindicatura y el Tribunal. Una de las condiciones es que el concurso se resuelva y la empresa recibirá fondos para producir que le permitirán recuperar su capacidad de pago. Se mantienen los puestos de trabajo y hay planes para fabricar otros productos".

Pablo Cerra, abogado de la Unión Obrera Metalúrgica de Rosario, contó a este medio que el miércoles hubo una asamblea donde los 300 trabajadores aprobaron la compra. Si bien la fábrica estaba funcionando, no estaba produciendo. A los empleados se les adeuda tres meses de sueldos, pero aceptaron reducir la jornada de 8 a 6 horas para lograr salvar la empresa, hasta que se reactive.