Cuando se muere una mascota, la sensación es desoladora. Con un animal de compañía se comparte un vínculo de amor intenso, para algunos es casi un “hijo”. A veces un perro y un gato llegan para ayudar a superar algún problema, para mantener activa a una persona, para ser compañero de algún niño. Por eso ante su muerte, se mezclan sentimientos de dolor, de culpa si no se pudo pagar un costoso tratamiento y si el dueño era un niño o una persona mayor la pena es mayor. Incluso, muchos no saben que hacer ante la muerte. BAE Negocios relevó los pasos a seguir y el costo de un servicio funeral para mascotas.  

Cuando se muere una mascota amada, los dueños quedan en schock. No saben qué hacer y a dónde acudir. Peor si esto pasa en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay más mascotas que niños de 0 a 14 años. Una radiografía muestra que en suelo porteño hay 861.182 mascotas, de los cuales 493.676 perros y 368.676 gatos. En el conurbano es más común que la mascota se entierre en el jardín. En CABA, donde la mayoría de las mascotas, que consiguen ser aceptadas viven en departamentos y no abundan los jardines es un problemón.

En esos momentos tristes es bueno saber cómo enfrentar la situación. Una alternativa es llevar al animal fallecido: perro, gato, conejo, hamster o canario, al Instituto de Zonoosis Luis Pasteur ubicado en avenida Díaz Vélez 4821, atienden las 24 horas y el servicio es gratuito. “La cremación es gratuita, está tercerizada, pero no se retiran las cenizas, para eso hay otros servicios privados. Lo que necesitamos saber es si el animal mordió a alguien en los últimos 10 días, en ese caso analizamos el cerebro del animal para descartar rabia. Es imprescindible, por vigilancia epidemiológica del Instituto, sino no se puede cremar. Si son loros, cotorras y guacamayos, muestreamos citacosis. Tienen mucha probabilidad de estar infectadas por el germen. Las palomas no se muestrean”, explicó a BAE Negocios, el doctor Guillermo Belerenian, director del Instituto Pasteur. 

En el Instituto de Zoonosis que dirige Belerenian se reciben un promedio de 600 cuerpitos de animales fallecidos al mes, en promedio. Otra pregunta que respondió es si brindan el servicio de eutanasia “está prohibida la eutanasia como método de control poblacional. Si el animal tiene una enfermedad terminal, está agonizando y sufriendo con mucho dolor, se firma el acta de eutanasia y lo hacemos. Por ejemplo, el caso de una perra con tumor ulcerado, con sangrado e inoperable, el dueño firma el permiso. Se realiza de modo humanitario con una droga que los duerme y se anestesia. El servicio de eutanasia es sin cargo”.

Pero a veces el animal murió en un accidente o la persona está tan triste que no es capaz ni de acercarse al cuerpito fallecido. En ese caso hay una gran variedad de empresas privadas que prestan el servicio de retiro del cuerpo y lo llevan a cremar y a los tres días reintegran la urna con las cenizas de las mascotas y el certificado de defunción.

Laura vive en Villa Crespo, se le murió su perro Leoncio, un cachorro, en un accidente doméstico. Tiene dos chicos pequeños y no sabía como hacer para que ellos no lo vean y ni ella podía acercarse a tocarlo, de la gran tristeza que sentía. Una amiga ayudó y se llevó los chicos y Laura intentó acercarse y agarrar el cuerpo del pérro, pero no pudo. Llamó desesperada a la veterinaria, pero si bien le ofrecieron el servicio de cremación, no lo retiraban del domicilio. Buscó y consiguió empresas que ofrecen servicios fúnebres para mascotas.

En 45 minutos llegó Ariel Antico, con un ambo azúl, guantes y una empatía íncreíble que la ayudó a atravesar el doloroso momento. Ariel trabajó muchos años en el sector de sepelios de humanos, pero cuando le tocó atravesar la muerte de uno de sus perros, tuvo una mala experiencia. Se dio cuenta que faltaba un servicio que acompañara y respetara el dolor de los dueños de las mascotas. Puso a Leoncio en una bolsa negra y hasta le trajo una mantita, cuando Laura le quiso dar la que tenía, le dijo: “si quiere guardela de recuerdo”. Fue tan amable, tan empático, como si fuera parte de la familia y también conociera a la mascota, que la amiga de Laura le agradeció el buen trato. “Muchas gracias por lo respetuoso que sos”, le dijo.
El servicio fúnebre de Leoncio costó $98.000 consistió en ir a Villa Crespo, retirar el cuerpo, el impuesto de cremación individual, el reintegro de las cenizas con el correspondiente certificado en una urnita de madera con plaquita de metal grabada. 

Antes pidió otro presupuesto, la otra empresa le ofrecía “lo retiramos a él, va en cámara de conservación hasta su proceso de cremación individual, ya que lo que le devuelvo son los restos de su ángel. A partir del quinto día hábil retira las cenizas por Villa Urquiza y le sale $130.000. Se abona en efectivo, débito, transferencia o tarjeta con un 10% de recargo”.

Si se atrevía a levantar el cuerpo, algunos lo envuelven en una frazada y lo llevan en un auto hasta la veterinaria, el costo bajaba a $72.000. Pero si no tienen auto y necesitan un servicio de traslado de mascotas, ahí el asunto tiene otro precio y depende de la distancia.

Otra empresa de servicios fúnebres para mascotas de hasta 10 kilos cobra $110.000 para buscar al animal, cremarlo en forma individual y devolver las cenizas. Para los que busquen una despedida más formal, con velorio incluido, había hasta hace poco una empresa que lo ofrecía en la calle Cucha Cucha, por el momento no lo ofrece. Pero varias empresas consultadas están tramitando la autorización para crear salas velatorias. 

Hay toda clase de servicios, una empresa permite hacer el presupuesto online: hay que poner el peso del perro y la zona de retiro del cuerpo. Con esos datos se puede elegir con video conmemorativo realizado con fotos envaidas por la familia, sumado al retiro del cuerpo, incineración individual, certificado de cremación, entrega de cenizas en la empresa cuesta $132.000. Si la entrega es a domicilio tiene un costo adicional. Sin video homenaje la tarifa baja a $114.000, y si se lleva la mascota hasta la empresa el precio baja a $90.000.

Otra veterinaria de San Isidro, cobra $90.000 para dormir al perrito y $78.000 la cremación sin retiro del cuerpo en domicilio y sin retiro de cenizas. Hay de todos los precios, para todas las necesidades.

 

Ariel Antico, el que se encargo del servicio fúnebre de Leoncio es fanático de los animales. Tiene tatuadas las patitas de sus animales fallecidos. Como conoce del dolor de los dueños, ofrece sin cargo el certificado con las patitas de la mascota para que el propietario se lo pueda tatuar. 

Cuánto cuesta el sepelio de un gato o hamster

Con respecto al servicio explicó que el servicio de retiro, cremación individual y entrega de cenizas con certificado para un perro pequeño ronda los $90.000 en adelante en Capital, si se trata de un gran danes ya cuesta $195.000. Si el fallecido es un gato: el valor del sepelio va de los $60.000 a los $65.000 en CABA y en provincia puede costar $40.000 si es por ejemplo, en La Matanza. Si el difunto es un canario o hamster el spelio cuesta $25.000. Si el muerto es un caballo, el traslado y cremación cuesta $4.000.000 si está en CABA o conurbano, porque se necesita de una grúa para levantarlo.  

La sofísticación llegó también a los servicios fúnebres de perros y gatos, entre otras mascotas. Si se pide una urna especial personalizada de madera de roble hay que sumarle $95.000, si se pide una urna de madera terciada barnizada con una foto en un lateral hay que sumarle $15.000 al servicio. Si se busca una imagen especial, el plus llega a los $40.000.

Servicios fúnebres insólitos

La gran pregunta es qué fue lo más insólito que le pidieron en un servicio fúnebre mascotero y Ariel Antico contó a BAE Negocios: “Alguna vez me pidieron un diente o un colmillo y tuve que contratar a un veterinario para que le saque el diente al animalito. También me han pedido un poquito de ceniza procesada y refinada para usarla en un relicario. Es un mercado que innova todo el tiempo, algo muy pedido es un compost con las cenizas de ese ser único para armar un arbolito: con un plantín incluido cuesta alrededor de $10.000. El certificado con las huellitas impresas lo doy gratis”.

En el conurbano, le ha pasado que por ahí lo llama una jubilada para pedirle que por favor le entierre su mascota en el fondo. “Si es una abuelita que vive sola le cobro solo la nafta. En general el servicio depende del personal que se use pero ronda entre los $20.0000 a los $30.000”.

En general, cuando se consulta a estas empresas sobre cementerios de mascotas, aseguran que no hay autorizados, otros responden que saben de alguno por zona norte, pero no es muy fácil encontrarlos. 
Despedir al compañero o compañera querido no es fácil, pero es necesario saber los costos para poder afrontarlos, en caso de querer un servicio personalizado. Sino, como siempre, el Estado brinda una opción gratuita.