Un club reúne a las 110 mujeres que más saben de vinos en Argentina
Fundado hace cinco años, comparten conocimientos, catas y cursos. Buscan empoderarse en una industria con fuerte liderazgo masculino.
Hace cinco años, nació en Mendoza, el Club de Mujeres Profesionales del Vino (CMPV). Lo integran 110 mujeres que pisan fuerte en la industria vitivinícola argentina. Algunas son enólogas, otras ingenieras agrónomas. Un 26% de sus integrantes tienen posiciones líderes en las bodegas o lideran su propio proyecto. Contaron a BAE Negocios, las ventajas de unirse y empoderarse en una industria históricamente conducida por hombres.
Fundado en 2015 por Estela Perinetti, creadora de la bodega Las Estelas y María Laura Ortíz, propietaria de la consultora de vinos Winifera y ex vicepresidente de la Asociación Argentina de Sommeliers. Lo interesante de CMPV es que estas mujeres no sólo saben de vinos, sino que también siempre están dispuestas a ponerse sus botas y embarrarse en las fincas, pasan noches sin dormir para cuidar sus vides.
María Laura Ortíz, una de sus impulsoras contó a BAE Negocios: “Hace dos años una enóloga adoptó niños y no le daban la licencia de maternidad. No hace tantos años que se hacia un viaje a Francia y sólo iban cinco hombres. Unos años atrás, una enóloga entró a una bodega y no había baños de mujeres. Todas estas cosas todavía pasan, esto no es un movimiento feminista ni nada extremo. Nos juntamos para apoyarnos, porque nos entendemos. La idea es profesionalizarnos y potenciar el rol de las mujeres”.
Como uno de los logros, Ortíz cuenta que “organizamos la primera reunión de críticos de vinos con mujeres, antes sólo se reunían entre los hombres. Necesitamos que vean lo que hacen las mujeres, que se ponen los borcegos y se embarran. Por ahora el Club esta sólo integrado por enólogas, ingenieras agrónomas o mujeres que son número 1 o 2 en la toma de decisiones. No estamos nucleando a las juniors, la idea es tomar decisiones conjuntas”.
Sólo se tratan temas técnicos, se comparten datos o compras de productos como botellas. Si una tiene la báscula rota y justo le llega uva, pide ayuda en el grupo y va a pesar la uva a otra bodega. “Hay una cofradía y una energía muy buena”, insisten.
Algunas de las mujeres que integran este club son: “La ingeniera y enóloga María Cruz Angelini, dueña de la bodega Aniello en Patagonia. Junto a su madre y hermana producen desde la Patagonia el 1% de los vinos argentinos. La enóloga Valeria Antolin de Piatelli tiene 35 años y lleva más de 10 años en la bodega. Noelia Torres es la número uno de Ruca Malen. Maricruz Antolin se especializa en vinos orgánicos y biodinámicos que se rigen por las fases de la luna, la posición de la tierra y la energía de los planetas. Son todas unas genias”, dice Ortiz.
En San Juan, la enóloga Paula González de sólo 30 años, es la jefa de enólogas, la número uno en su área en la bodega Pyros. Hace pocos días en una degustación en China donde se hizo una cata a ciegas se eligió el mejor vino del mundo: Pyros Single Vineyard Malbec 2015.
Cada dos meses hacen una degustación temática, cada una lleva sus vinos. Organizan capacitaciones especiales, sobre vinos espumosos, sobre legislación internacional y a fin de año se juntan todas por única vez. Una experiencia pensada por mujeres y para mujeres de la industria vitivinícola.