Bill Gates volvió al ruedo laboral, pero solo por un día. El empresario de 69 años trabajó por un día en Phia, la startup fundada por su hija Phoebe junto a Sophia Kianni. Lejos de ocuparse de la tecnología de la plataforma, el co creador de Microsoft fue incentivado por un motivo especial.

A través de una publicación en LinkedIn, el propio Gates relató que la invitación partió de Phoebe. Ella le pidió que se sumara a la dinámica diaria del equipo. Él aceptó sin vueltas: “Quería entender cómo era realmente trabajar en una startup desde su base”, escribió. Y lo hizo. Resolvió dudas, escuchó quejas y, sobre todo, observó.

 

La participación de Gates no se tradujo en millones ni en rondas de inversión. De hecho, Gates se mantuvo deliberadamente al margen del financiamiento inicial para no condicionar el rumbo del emprendimiento de su hija. El rol que ocupó fue más bien de mentor, y ahora, temporalmente, el de agente de atención al cliente.

Según él mismo explicó, solo estando en contacto directo con los usuarios se puede evaluar con precisión qué funciona y qué no. “Durante décadas trabajé en cómo la tecnología puede mejorar los sistemas. Pero nada reemplaza la mirada que te da ver de cerca cómo lo vive el usuario final”, escribió.

El regreso temporal de Gates al trabajo de base expone una perspectiva que suele perderse en los niveles altos de management: la importancia de volver a la experiencia real, sin filtros, para entender los desafíos concretos del producto. 

De qué se trata la startup de Phoebe Gates

Phia es una plataforma que combina una app y una extensión de navegador para comparar precios entre productos nuevos y usados en más de 40.000 sitios online. Utiliza inteligencia artificial para rastrear las mejores opciones del mercado, no solo por precio, sino también con foco en la sustentabilidad y el consumo responsable.

La idea detrás del proyecto es ambiciosa: construir una herramienta capaz de empoderar a los usuarios, dándoles acceso transparente y rápido a información que habitualmente está dispersa o condicionada por algoritmos de marketing. En una industria como la moda, dominada por la sobreproducción y el greenwashing, Phia propone un enfoque pragmático y eficiente: ahorrar plata y reducir el impacto ambiental.

 

No es el único CEO que busca el contacto con los clientes y usuarios

La decisión de Gates no es un caso aislado. Cada vez más líderes de empresas tech experimentan de primera mano lo que implica operar en el llano. El CEO de una aplicación de autos, se puso al volante para entender el día a día de los conductores. Otros fundadores, como el de una app de hospedajes particulares, se alojan en sus propias propiedades para testear el servicio como cualquier otro cliente.

Lo de Gates, sin embargo, tiene una capa extra: el factor familiar. Si bien Phoebe Gates podría haber contado con respaldo económico ilimitado, optó por construir su empresa sin depender directamente del capital paterno. Y su padre, uno de los hombres más ricos del planeta, respetó esa decisión.