Carlos Rottemberg: "No es momento para la frivolidad"
El dueño de los 10 principales complejos teatrales de la Ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata asegura que "la primavera definirá la temporada del teatro, hoy se impone lo sanitario porque se juegan vidas humanas".
Con la experiencia que le dan los años, el empresario teatral y productor Carlos Rottemberg, adelantó que “el año está perdido". Admitió que la curva de casos de primavera recién decidirá el futuro de la temporada de verano. Dueño de 10 de las principales salas de teatro porteñas y de Mar del Plata, pudo pagar sueldos y aguinaldos.
En la Ciudad de Buenos Aires es dueño de los teatros Liceo, Metropolitan Sura, Multitabarís Comafi y Multiteatro Comafi. Mientras que en Mar del Plata posee el Atlas, América, Mar del Plata, Lido, Bristol y Neptuno. Sin actividad, no sólo afronta los gastos de las salas, sino que además tiene personal a cargo. Rottemberg contó: “Nosotros establecimos un costo de 890 salarios en un año de plantel fijo para nuestras salas. Por supuesto pagamos salarios y aguinaldos. Si lo hacíamos por mes, no tendríamos ya la previsión: de entrada dijimos que tenemos que preveer el costo de un año para evitar sobresaltos. Es un promedio de algo más de 70 sueldos al mes”.
Para completar el pago de los salarios, pudo acceder a la ayuda estatal. “Es de destacar el aporte del ATP que colabora con el 50% de los salarios (con un tope de dos salarios básicos) para todo el personal en relación de dependencia de las salas teatrales, como así también la confirmación de créditos del Estado a tasa 0%, con un año de gracia, para monotributistas y autónomos del sector cultural. En todo caso la peor parte la están llevando los artistas, músicos y trabajadores eventuales, que no terminan de estar encuadrados ya que sin proyectos no hay contratante para protegerse”, señaló.
Un año perdidoEl panorama es complicado para todos y en especial para los espectáculos. Carlos Rottemberg explicó a BAE Negocios cómo ve el futuro: “En el caso de nuestro rubro, la única certeza que tuve desde marzo, y la hice pública, es que el año estaba perdido. Lo expliqué en aquel momento dividiendo en tres fases lo que transitaríamos, donde trataba la primera cuarentena como el inicio de la clausura, una segunda fase muy larga que tendría que ver no solo con el regreso de las actividades comerciales, donde la nuestra iría de cola, sino incluso con permitir transitar el aire libre, y una tercera fase para cuando se habiliten las funciones con público, que inexorablemente tendrá que ver con el efecto post cuarentena, desde el punto de vista del temor, pero también de una economía hogareña aún más maltrecha que la que ya teníamos a principio de año”.
Poner en marcha una cartelera para el verano requiere de tiempo para ensayo y producción. Para poder avanzar, se necesita previsibilidad, algo que hoy es impensado. “Estoy convencido que la primavera definirá el verano teatral no solo de Buenos Aires sino de todas las plazas del país. Para que eso ocurra se necesita un país en marcha en primavera, porque ensayar la convivencia con el virus en verano nos complicaría sin los ‘ensayos’ previos, cosa de ir acostumbrándonos a convivir con este Covid 19, que hasta que la ciencia lo derribe, llegó para quedarse. Caso contrario ya comenzaríamos a hipotecar también la temporada 2021”, explicó y agregó: “No obviemos que el teatro no trabaja con materia prima tangible sino con personas. Por lo tanto nuestras puertas no se abren sin una previa de más de un par de meses para calentar motores”.
Para poner un espectáculo en escena se necesitan preparar ensayos, organizar el lanzamiento. Rottemberg contó a BAE Negocios: “En lo personal, estoy como aquel cocinero que tiene la comida marcada pero no pone la milanesa a freír hasta no ver al comensal en la mesa. Tengo una programación ‘marcada’, pero no me animo ni a decirla por las dudas, fundamentalmente por una cuestión de respeto. De entrada dije que ‘el show no debe continuar’. Esa frase tan de nuestro ambiente no es aplicable en este contexto, cuando se impone lo sanitario y se juegan vidas humanas. No es momento para la frivolidad. Hay que ir por lo prioritario”.