La esquina de Suipacha y Córdoba parece una esquina más de la Ciudad. Nadie diría que ahí se ubica el hotel en el que el triunfante Manuel Adorni eligió como búnker. A diferencia del búnker de Javier Milei de octubre de 2023, no hay ni gente ni militancia rentada. No hay nada de color violeta ni se ve la cara del ganador. Hay dos nuevos libertarios que ganan espacio y tienen su propia merchandising.

Como mucho, contando con entusiasmo pueden llegar a las 50 personas, hay más policías y seguridad que seguidores de Adorni. A diferencia del bunker de 2023, no hay nadie tocando ni bombo, ni platillo, ni agitando banderas. No está ni el robot gigante que bailaba, ni hay música.

Hay una pareja de uruguayos que tiene su bandera oriental y varios venezolanos. El otro cartel es de unos chicos que en un cartón medio viejo escribieron con una fibra “Fuerzas del Cielo Virrey del Pino”. Nadie más tiene banderas o carteles. No hay militancia con remeras violetas, no hay nada de color violeta. 

Los vendedores sólo vendieron tres banderas en la puerta del bunker libertario

Hay bastante jóvenes de veintipico, unos 20, que cantan canciones y apuntan los dardos a Mauricio Macri y a Silvia Lospennato. El canto que más repiten es “Mauricio Macri…” y recuerdan no del mejor modo a su madre. Aparece un chico, que ni X usa, se para a cierta distancia del grupo y se apoya en la valla y comienza a gritar “Saquen al pingüino del cajón para que vea que los pibes cambiaron de idea, llevan la bandera que eligió el León”. Y siguen los insultos al PRO, que es el partido que más critican los fanáticos de La Libertad Avanza. Otro canto irreproducible dice en la segunda parte que “para hablar hay que ganar”.

Cuando ya se confirmaron los números y casi son las 20 llega Alfredo Casero y se acerca a las vallas del frente, lo mandan a la vuelta. Llega con su chaleco característico, y va en busca de los micrófonos para comentar el triunfo. A diferencia de el diseñador Roberto Piazza, que fue uno de los primeros en llegar al bunker.

La cronista Marilu Gentile del streaming Carajo, ubicada del lado de adentro de las vallas, se acercó a la gente a hacerles preguntas como “Quién es el peor político” y la respuesta fue “Lospennato”. 

Casi no hay vendedores, un señor vende banderas de argentina a $3.000 y 2 por $5.000. Asegura que sólo vendió una bandera. A pocos pasos está un señor que vende banderas amarillas de La Libertad Avanza y con cara de Milei. Nada tiene la cara de Adorni. “Vendo a $3.000 las banderas, vendí tres. Hay muy poca gente, traje 150 pero no se si las voy a poder vender. Capaz la gente está esperando que lo den ganador para comprar”, dice Carlos, de Berazategui, a las 20:30 horas, cuando ya se sabe quién ganó, pero nadie compra. 

Dos libertarios tienen ´más merchandising que el propio Manuel Adorni

Aparece un joven con cups de Milei y LLA a $8.000. Vende toda clase de prendedores con la cara de Milei, con el león, con la LLA, “Anti communist social club”, “Es exactamente lo que voté. Abrazo”, “Smash natural marxism” y dicen TMAP que significa “Todo marcha de acuerdo al plan”. Hay prendedores con la cara del Gordo Dan o Daniel Parisini el militante tuitero más influyente de LLA y del Gordo Pablo o Pablo Pazos, ambos hacen La Misa en el streaming Carajo. Lo curioso es que no hay ni un prendedor con la cara de Adorni, si hay varios con la cara del Gordo Dan. Quién es el que estrena merchandising: “Es un activista político, influencer y empresario de medios argentino, quien también ha ejercido como enfermero”, lo define wikipedia, con la aprobación libertaria.

No se venden prendedores, el vendedor ensaya una explicación “Ya va a venir más gente, cuando se enteren su ganaron”, faltan pocos minutos para las 21. Ya habló Milei, ya habló Adorni, ya hablaron todos, no llega más gente. Los que están no compran. “A la gente le cuesta llegar a fin de mes, será por eso”, dice Carlos mientras mueve las banderas amarillas con el León.