Era millonario en secreto y dejó toda su fortuna a su pequeño pueblo
Cuidaba casas móviles y vivía humildemente. Dejó casi cuatro millones de dólares al lugar donde nació
Un pueblo de 4.000 habitantes en Estados Unidos fue tocado por la varita mágica. Se llama Hinsdale y está ubicado en New Hampshire. Uno de sus habitantes, Geoffrey Holt, conocido por ser un cuidador de casas móviles, falleció y dejo todos sus bienes a su pueblo. Casi nadie sabía que ese hombre sencillo de 82 años era millonario.
Lo veían trabajar, vestirse muy humildemente y comportarse siempre como un hombre modesto. Con ropa gastada, vivía en una casa rodante, casi sin muebles, sin televisor ni computadora.
Nadie imaginó que contaba con una fortuna de 3,8 millones de dólares. Sin esposa ni hijos, en su testamento dejó bien claro el destino que quería darle a su fortuna: “deben ser usados para beneficiar la educación, salud y recreación de la comunidad”.
De perfil bajo, nunca contó que tras el cierre del molino en el que trabajó de capataz en Vermont se convirtió en un inversor de la industria de las telecomunicaciones, en una era en la que ni existían los celulares. Supo esperar tranquilo y la inversión dio sus frutos.
“A pesar de tener dislexia, pasaba horas estudiando sobre inversiones. También coleccionaba libros de historia y discos de música clásica. Por ahora las autoridades no han decidido cómo se empleará el dinero. Entre los posibles proyectos sugeridos por los vecinos está reparar el reloj local o crear un curso de manejo en línea, ya que Holt era conocido por dar clases de conducción a jóvenes”, señaló El País.
En su pueblo natal lo recuerdan sentado a la vera de la ruta 119 viendo pasar el tráfico. Disfrutaba de la vida a su manera, sin correr, trabajaba tranquilo, como si nada le faltara. En 2001, se acercó a la Fundación Benéfica de New Hampshire, una organización sin fines de lucro, y les contó sus propósitos. Así, elacuerdo quedó pactado. “Una vez que muriera, el grupo se encargaría de dar los fondos. Lejos de esperar reconocimiento y elogios, el hombre eligió guardar silencio y seguir llevando su vida tranquila”, señaló el matutino.
Edwin “Smokey” Smith, el mejor amigo de Holt y su exempleador, lo definió en una frase. “Parecía tener todo lo que quería, pero no quería mucho”, dijo para una agencia de noticias.