Crisis

Rematan una histórica fábrica de snacks frente a la tristeza de sus trabajadores

La tradicional empresa de Guaymallén cerró en diciembre de 2024 y afronta una subasta judicial por $280 millones. Sus extrabajadores confían en cobrar parte de lo adeudado

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Durante más de siete décadas, el olor a papas fritas recién hechas fue parte del aire de la localidad de Dorrego. La fábrica Gonzalo Snacks nació como un emprendimiento familiar y se volvió una marca inseparable de la infancia mendocina. Tras declararse en quiebra, su nombre figura en el expediente judicial del Segundo Juzgado de Procesos Concursales que dispuso el remate de todos sus bienes, incluidos los dos inmuebles en Guaymallén, la maquinaria, el mobiliario y la marca registrada.

El cierre, ocurrido en diciembre de 2024, sorprendió a los 24 empleados que aún trabajaban en la planta. Habían intentado conformar una cooperativa para mantener la producción, pero el proceso quedó truncado cuando la Justicia declaró la quiebra.

Nos comunicaron por WhatsApp que no iba a abrir hasta nuevo aviso. Nos quedamos sin trabajo justo antes de las fiestas”, recordó Luis Sartorio, con más de treinta años en la fábrica.

El remate y la esperanza de cobrar

La subasta se realizará el 7 de noviembre de forma electrónica, con base de $280 millones. Estará a cargo de la martillera H. María Manucha e incluirá dos inmuebles en Dorrego —uno en calle Berutti 182 y otro en Juan Agustín Maza 796— junto con la marca Gonzalo Snacks.

Se rematarán la maquinaria industrial completa, mobiliario de oficina, un vehículo de la empresa, además de la marca inscripta en la Clase 29 del Boletín de marcas que otorga la posibilidad de continuar con la actividad. El lote de bienes incluye todo el equipamiento necesario para la producción, como cámaras de monitoreo, sistemas de seguridad, seis matafuegos, computadoras y una variada gama de maquinaría como selladoras, balanzas, compresores, cortadoras y peladoras automáticas. Todo ese equipamiento industrial y mobiliario se ofrecerá en bloques.

Los bienes podrán visitarse el 29 de octubre. Según el fallo, el adjudicatario podrá continuar con la actividad bajo la misma denominación. Los trabajadores, mientras tanto, esperan que la venta sirva para saldar parte de la deuda salarial. “El monto base es mucho menor a lo que nos deben, pero al menos podríamos recuperar algo. Las máquinas están bien, se podría volver a producir”, sostuvo Sartorio.

De símbolo provincial a recuerdo

La historia de Gonzalo Snacks comenzó cuando el inmigrante español Gonzalo García empezó a freír papas en su casa para compartir con sus amigos. El éxito fue inmediato: debió ampliar la producción y años más tarde su hijo, José Antonio García Requeno, continuó el legado junto a sus propios hijos.

Durante su mejor etapa, la empresa se asoció con el fundador de los supermercados Vea, José Ángulo, y expandió su línea de productos: papas fritas, maníes, palitos salados, pororó, tutucas y puflitos (bolitas comestibles y crujientes) . La planta empleaba a trabajadores con más de tres décadas de trayectoria y un sentido de pertenencia poco común.

Pero en 2024, una helada afectó la producción de papa y la empresa comenzó a acumular deudas. Con las ventas en baja y los créditos negados, la deuda superó los $100 millones. “Nos decían que no había insumos, que el invierno había sido muy crudo. Después, simplemente no abrieron más”, contó otro operario.

Lo que queda de una marca

La fábrica, que alguna vez llenó de aromas los barrios de Guaymallén, será subastada en bloque. Los empleados esperan que al menos parte de lo recaudado les permita cerrar una etapa, recuperar el pago de sus horas trabajadas.

“Somos grandes, muchos trabajamos acá toda la vida. Nos gustaría que alguien la recupere y siga haciendo esas papas que fueron parte de nuestra historia”, dijo Sartorio.

El último crujido de Gonzalo Snacks no se escucha en las máquinas, sino en la memoria de Mendoza.
 

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