Tuvo 83 sucursales

Ribeiro en crisis desde 2018: debe sueldos, cerró los locales de AMBA y su venta online

El sociólogo Manuel Ribeiro lidera una cadena en crisis. Hace tres años que paga los sueldos en minicuotas, cerró casi 60 tiendas y hasta bajo la cortina del ecommerce. Ahora ofrece a sus empleados $200.000  para saldar las deudas salariales y cubrir la indemnización, no importa la antigüedad.

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La cadena Minicuotas Ribeiro atraviesa desde noviembre de 2018 una fuerte crisis. Su debacle no empezó con la pandemia, arrancó antes. El sociólogo Manuel Ribeiro lidera esta cadena fundada en San Luis hace 110 años. Llegó a tener 83 sucursales y 2000 empleados. Hoy quedan en pie menos de la cuarta parte de sus locales y sus empleados.

Manuel Ribeiro es la tercera generación de esta familia que comenzó con un local en Villa Mercedes, San Luis y hace 20 años desembarcó fuerte en AMBA dispuesto a competirle a todos los gigantes con sus famosas “minicuotas”. Una estrategia exitosa en las provincias del resto del país. Inspirado en el modelo de Grameen Bank de Muhammad Yunus, aplicó sus conocimientos sociológicos para reforzar esta forma de comprar que le permitía a los que menos tenían, poder acceder a todos los productos.

A fin de 2018, comenzaron a agravarse los problemas y a afectar a los empleados que empezaron a cobrar los sueldos en minicuotas. La empresa pidió en ese momento el Procedimiento Preventivo de Crisis, cerró locales y despidió trabajadores. Comenzó a buscar un socio que nunca llegó.

En todos estos años, la angustia y desesperación de sus empleados hizo que se encadenaran, que Teresa una de las trabajadoras de Tartagal comenzara una huelga de hambre o que en octubre de 2019, un empleado entrara y chocara desesperado con su auto dentro de un local de Caballito. Nada cambió, al contrario hoy la situación es peor.

En panorama en Ribeiro se complica. La empresa cerró hace tres semanas el anteúltimo local que tenía abierto en la Ciudad de Buenos Aires, la tienda de Corrientes y Angel Gallardo. Un local emblemático porque arriba funcionan las oficinas centrales de la compañía. En la Ciudad de Buenos Aires queda abierto sólo el local de Mataderos que estuvo cerrado y reabrió y en provincia de Buenos Aires, sólo el local de Los Hornos que es propio de Ribeiro.

Ribeiro pagaba en minicuotas, el problema se agravó en el último tiempo que mantiene una deuda de los salarios de los últimos tres meses, recién saldó el aguinaldo de diciembre pasado y los empleados no tienen aumentos hace más de dos años. Les pagan entre $2000 y $2.500 pesos por semana.

Las próximas sucursales que están al cerrar son las de La Rioja, San Francisco en Córdoba, Tucumán, los dos locales de Posadas y Villa Dolores. Cerraron al público los locales de Catamarca y La Plata, pero las tiendas se mantienen activas aún. De los 83 locales, sólo 20 quedan en pie, en AMBA sólo el de Mataderos. Por ahora están abiertas: tres locales en San Luis; San Martín y Tunuyán en Mendoza; Formosa; Tartagal, Alto Comedero y Orán en Salta; Mataderos en CABA; Chilecito en La Rioja; Arguello; Ceres; Ledesma y San Pedro en Jujuy, entre otros.   

Contaba con dos centros de distribución, uno en Villa Mercedes, San Luis y otro en Ezeiza, que está a la venta hace tres años y cada vez que se cierra un local se lleva la mercadería y el mobiliario ahí.  

La empresa no respondió la consulta de BAE Negocios, sólo Juan Flecha, delegado de Ribeiro dio un panorama: “Hace unos meses se cayó el ecommerce y decidieron no vender más, porque lo que entraba se embargaba por las deudas. Nadie nos da una respuesta, lo único que nos propusieron fue hacer un arreglo para desvincularnos por $200.000 eso incluye los tres meses adeudados, vacaciones, aguinaldo y la indemnización, no importa los años que uno tenga en la empresa. El plazo era hasta hoy y no se firma en el SECLO, sino en una escribanía. Sólo diez compañeros lo aceptarán”.

Hasta ahora sobrevivían con las minicuotas y el Repro de 9.000, ahora reciben una ayuda del Estado de $22.000 y con eso tiran. El sociólogo Manuel Ribeiro les da pocas señales de vida, así que no saben cómo seguirá en el futuro. Reclaman una respuesta.

Otra cadena en crisis es Garbarino que adeuda tres meses de sueldos a sus empleados y cerró varios locales. Por ahora, mantiene la mayoría de sus tiendas cerradas porque no pudo pagar 90 dólares de la renovación de la licencia y no tenía sistema para poder vender.

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