Volkswagen rechaza demandas de trabajadores que quieren ir a huelga
La medida involucra a todas las plantas alemanas
El sindicato IG Metall amenazó con la convocatoria de huelgas en las fábricas alemanas de Volkswagen y advirtió de una "reacción histórica", mientras la compañía rechazó sus demandas en el comienzo de las negociaciones del convenio colectivo, marcadas por posibles cierres de plantas y despidos.
Volkswagen y los sindicatos iniciaron en las últimas horas las negociaciones salariales en un momento complicado para la mayor compañía automovilística europea, que quiere endurecer su programa de ahorro y no descarta realizar despidos o cerrar fábricas por primera vez en su historia en Alemania.
Según explicó la compañía en un comunicado, en esta primera reunión de tres horas, que se celebró en Hannover, el sindicato exigió un aumento salarial del 7%, así como una cantidad básica de 170 euros para los becarios y estudiantes duales, algo que la compañía rechazó.
"Debemos reducir nuestros costos laborales en Alemania. Solo podremos mantener nuestra posición de liderazgo y asegurar los puestos de trabajo a largo plazo si trabajamos de forma más económica", aseguró el negociador jefe de VW, Arne Meiswinkel, quien antes del encuentro había calificado la situación de la compañía en el país como "muy grave".
El sindicato amenaza
Antes del inicio de la reunión, el sindicato amenazó con huelgas, que son posibles a partir de diciembre, si la compañía no atendía a sus propuestas.
"Si es necesario, decenas de miles de personas se plantarán ante las puertas de las fábricas y en las calles de las sedes de Volkswagen", afirmó la presidenta del comité de empresa, Daniela Cavallo.
La ronda de negociación, que afecta a unos 120.000 trabajadores en el país, se adelantó después de que la compañía endureciera su discurso sobre la austeridad a principios de mes y, aunque en un principio solo iba a tratar la remuneración de los trabajadores, también se hablará sobre la garantía del empleo recientemente eliminada.
En este contexto, Cavallo defendió que "por supuesto" que la compañía tiene graves problemas de rentabilidad, pero que estos no se pueden resolver "utilizando el cierre de plantas como amenaza" ni "lanzando un ataque a gran escala contra los convenios colectivos".
Cavallo recordó que los conflictos dentro de la empresa siempre se habían solucionado de forma cooperativa, pero que esta vez los ataques vienen desde dentro de la propia empresa.
"Vienen de parte del Consejo de Administración, que se atreve a romper tabúes históricos. Y no lo vamos a tolerar. Nuestra reacción como parte de los empleados será igual de histórica", afirmó.