La interna todavía no llegó al corazón del partido, como en el PJ; pero el radicalismo quedó malherido luego de la ruptura del bloque en la Cámara de Diputados. En las próximas semanas, la nueva bancada Democracia para Siempre, que conduce Pablo Juliano, tendrá el desafío de reacomodarse en un escenario parlamentario ultra fragmentado y cambiante, mientras que en el espacio que lidera Rodrigo De Loredo están preocupados por contener a quienes quedaron descontentos por el acercamiento a la Casa Rosada y por el rol de los cinco radicales "peluca".

Los doce radicales que abandonaron la semana pasada el bloque de la UCR tienen un primer objetivo, que a simple vista no parece complicado, pero en el pasado no siempre se consiguió: votar todos juntos. Incluso, dentro de ese grupo, donde conviven legisladores que responden al propio Facundo Manes y otros que se referencian en Martín Lousteau, votaron de manera diferente en algunas ocasiones. La idea es que ahora ninguno se desmarque de la postura mayoritaria, en contraste a lo que sucedía cuando estaban con el resto de los correligionarios.

El manejo puertas adentro será clave para cualquier acuerdo que quieran sellar con otras fuerzas opositoras. Aunque, por el momento, está descartado que este año conformen un interbloque, seguirán confluyendo en algunos temas y posicionamientos con Encuentro Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto; y la Coalición Cívica, a cargo de Juan Manuel López. En el pasado, más de una vez solicitaron sesiones de manera conjunta o impulsaron debates, incluso por fuera de lo que postulaba el presidente de la bancada radical.

Este martes, en el plenario de Presupuesto y de Transporte, los legisladores que conduce Juliano tendrán la oportunidad de estrenar la autonomía que tanto ansiaban. El oficialismo, con apoyo del PRO, la Coalición Cívica y los radicales de De Loredo, intentarán emitir dictamen para privatizar Aerolíneas Argentinas. Los diputados de Encuentro Federal y de Democracia para Siempre podrían ir con un dictamen propio, que incluya un mayor control por parte del Congreso y con un esquema de privatización similar al de YPF.  

El funcionamiento del bloque de los rupturistas estará bajo la lupa de los radicales que decidieron quedarse junto a De Loredo. Sobre todo de aquéllos que no terminan de sentirse cómodos con el coqueteo permanente del diputado cordobés con Javier Milei y menos aún con el rol de aliados que pretender tener algunos, como Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Federico Tournier y Pablo Cervi. Julio Cobos, Mario Barletta, Atilio Benedetti y hasta Martín Tetaz prefieren mantener un poco más de distancia con La Libertad Avanza.

Otra de las radicales que podría sumarse es la jujeña Natalia Sarapura, que responde al gobernador Carlos Sadir. Será él quien defina qué camino seguir, en función de las negociaciones a las que llegue con el oficialismo. 

En el espacio que monitorean Manes y Lousteau no descartan que con el tiempo alguno de quienes hasta hace poco eran sus compañeros de bancada se pasen de bando. Cobos y Barletta son los que están más a disgusto, sin embargo, por ahora no tienen pensado irse. En gran medida, todo dependerá de cómo se mueva De Loredo en su vínculo con el Gobierno nacional y hasta dónde estén dispuestos a soportar las acciones de los cinco radicales que se pintaron de violeta.