A pocas horas de que una comitiva de la CGT, junto a empresarios y funcionarios del Gobierno, mantengan un encuentro por la implementación de la reforma laboral, la división en la central obrera entre dialoguistas y combativos sigue activa. El triunviro Pablo Moyano aseguró que “hay que confrontar” al gobierno de Javier Milei al tiempo que resaltó el paro del transporte para el 30.
“Ni loco me sentaría a negociar con esta gente, hay que confrontar. El miércoles 30 va a ser una jornada de protesta muy fuerte y la conflictividad va a ir creciendo”, reseñó el camionero. “Te llaman para la foto y después no te dan respuestas”, acotó en declaraciones periodísticas.
Si de fotografías se trata, este jueves en la secretaría de Trabajo habrá imágenes de los principales sectores empresarios, integrantes de la CGT y funcionarios de Capital Humano sentados a la mesa y abocados al análisis del artículo 242 de la ley Bases.

El enunciado tiene que ver con la sanción a las protestas gremiales y bloqueos a empresas, una promesa electoral libertaria que desde allí se disparó hacia lo que denominan “la casta sindical” y en particular al gremio de Camioneros.
Con esta realidad asumida Moyano se distanció del ala dialoguista de la CGT en los pocos encuentros oficiales que hubo de esa central con la Casa Rosada. Jornadas atrás incluso dejó en dudas su continuidad en Azopardo, a partir del portazo del mecánico Mario “Paco” Manrique. Por estas horas y siempre respecto a la coyuntura aseguró que la conflictividad irá en aumento en todo el país. “Hay un sector que cree que hay que seguir dialogando, y hay otro sector importante dentro de la CGT donde creemos que hay que confrontar”.
En la reunión de la Mesa Nacional del Transporte que se realizó el martes en el gremio de choferes, hubo una señal clara para quienes dentro del núcleo dialoguista y dominante consideran que Hugo Moyano suele invitar a la reflexión a su hijo y atemperar los ánimos.
En efecto, el ex presidente del Club Atlético Independiente estuvo en la mesa de sindicalistas que ratificaron el paro del 30 y no sólo como anfitrión, sino como disertante ante sus pares.
Más allá de que Hugo Moyano pondera la unidad para tiempos difíciles, su hijo por un lado asume que una fractura más en el movimiento obrero solo facilita las cosas al Gobierno y además expresa que dentro de la CGT “hay distintas visiones, no sé si habrá ruptura” pero remarca "yo no me voy a sentar con tipos que te llaman para la foto y te enchufaron impuesto al trabajo, le cagaron $10.000 de aumento a los jubilados, no le dan el aumento a los universitarios y más. Me parece que la CGT alguna medida va a tener que tomar en poco tiempo”.
Sin lugar a casualidades, mientras llegue o no ese momento, el paro del miércoles 30 se planteó con la intención estratégica de que, a partir de la incidencia en la actividad del transporte, la medida de fuerza tenga impacto de un paro general.