Cristina rechazó las acusaciones: "Jamás me apoderé de dinero ilícito"

Presentó un escrito ante el juez Casanello por la causa que la acusa de presunto lavado de dinero junto al empresario Lázaro Báez

BAE Negocios

La ex presidenta Cristina Fernández se presentó a declarar ante el juez Sebastián Casanello y entregó un escrito en el marco de la causa por lavado de dinero que tiene detenido al empresario Lázaro Baez. Allí, negó tener "cuentas bancarias no declaradas" y afirmó que "nunca encontrarán" pruebas para involucrarla ya que "jamás" se apoderó de "dinero ilícito".

"Todos los activos de nuestra familia están y seguirán estando en la República Argentina", aclaró la senadora quien declaró un día después de haber sido procesada por el juez federal Claudio Bonadío como presunta jefa de una asociación ilícita.

Detalló, en esta línea, que sus activos "siempre fueron incorporados" en sus declaraciones juradas impositivas así como también a las que presentadas "en carácter de funcionarios" por lo que advirtió que aunque "sigan excavando la Patagonia", nunca van a encontrar "nada".

El juez que me cita reconoció, en cuatro oportunidades, que no hay ningún hecho ni prueba que me vincule con la causa a su cargo. Pero…

— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) 18 de septiembre de 2018

 

Ayer, los camaristas Martín Irurzun y Mariano Llorens rechazaron por "improcedente" el pedido de recusación en su contra formulado por la defensa de la líder de Unidad Ciudadana.

En este sentido, calificó de "no jueces" a los magistrados que llevan adelante la causa y atribuyó el bloqueo de las cuentas bancarias de los Kirchner, la intervención de sus empresas con auxiliares a la "transparencia" en la administración de su patrimonio que les permitió ocasionarles estos "perjuicios".

Por octava vez voy a prestar declaración indagatoria a Comodoro Py, lugar donde ya no rige ni la Constitución, ni los códigos de fondo ni de forma. Esta vez me encuentro en una situación inédita…

— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) 18 de septiembre de 2018

 

"Se llegó hasta el absurdo de embargar mi jubilación y bloquear mis tarjetas de crédito e impedirme, siquiera, tener una tarjeta de débito. Todo ello, seguramente, con el propósito de ahogarme financieramente y luego seguir mis movimientos (tal como lo hacen habitualmente los servicios de espionaje gubernamentales) para ver si termino yendo a alguna bóveda en la que guardaría los millones de dólares que un grupo de arrepentidos que ahora se han cartelizado dicen haber pagado", apuntó en el escrito.

Y aclaró: "Podrán seguir vigilando mis movimientos y los de mi familia, escuchar de manera clandestina mis conversaciones telefónicas o excavar toda la patagonia argentina o donde mejor se les ocurra, que nunca van a encontrar nada con lo que involucrarme, porque jamás me apoderé de dinero ilícito alguno"

 

 

 

 
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