Cristina va por la presidencia del PJ nacional y Quintela se le planta y buscará enfrentarla en la interna
Pese a que sectores del kirchnerismo y La Cámpora salieron a instalar el operativo clamor a favor de que Fernández de Kirchner quede al frente de la estructura partidaria, el gobernador de La Rioja se mostró este domingo dispuesto a darle la batalla interna.
El operativo clamor que puso en marcha la agrupación La Cámpora a favor de posicionar a Cristina Fernández de Kirchner como presidenta del Partido Justicialista (PJ) evidenció la ambición del kirchnerismo duro de reposicionarse en la principal fuerza política opositora ante la amenaza que para algunos de ellos significa el armado nacional incipiente del kicillofismo.
La señal de largada la dieron el senador nacional por Unión por la Patria (UxP), Eduardo “Wado” de Pedro, y la intendenta Mayra Mendoza (Quilmes) , los que con una misma línea argumental, salieron a anunciar que es tiempo de que una mujer conduzca por primera vez el PJ.
No es casual que la campaña se haya iniciado desde la cúpula del camporismo, espacio que viene sufriendo fuego amigo por comportamientos sectarios, ante lo cual, Cristina apuntó a mandar un mensaje; el que da cuenta de que sus verdaderos herederos políticos son los integrantes de la agrupación que lidera su primogénito, Máximo Kirchner.
“Cristina es Máximo y Máximo es Cristina”, repiten en off the record en La Cámpora, como para reafirmar el rol que vienen desempeñando como delegados de “La Jefa” y correa de transmisión de su conducción nacional.
Esa fórmula tautológica sobre una supuesta equivalencia entre madre e hijo, es una forma de avisar que cualquier crítica hacia Máximo o La Cámpora va a ser leída por Cristina como una crítica a su metodología de conducción política.
Luego de que "Wado" de Pedro y Mayra Mendoza pidieran por Cristina en el PJ, a estos se les sumó la senadora, Juliana Di Tullio, quien con los mismos argumentos, advirtió que “es tiempo de mujeres” en el partido.
Las adhesiones se fueron sumando en cascada y para el caso, también salieron a postular a la expresidenta para que quede al frente del PJ nacional, Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde, Daniel Catalano, Mariel Fernández, Víctor Santa María, Oscar Parrilli y José Mayans.
Mayans reveló una charla íntima que tuvo días atrás con Fernández de Kirchner, en la que también participaron Di Tullio y Fernández Sagasti.
“Cristina me dijo que está con ganas de ser presidenta del PJ, dice que hay mucha gente sufriendo y que hay que reparar todo eso”, reconstruyó el jefe del interbloque de Unión por la Patria en el Senado.
"Si a todos les parece, yo no tengo ningún problema, estoy bien de salud, estoy con ganas de ir a todo el país. Estoy con muchas ganas de trabajar, hay mucha gente sufriendo y en este momento hay que reparar todo eso", citó el formoseño presuntos textuales de la ex Jefa de Estado.
Durante sus dos mandatos como presidenta, Cristina siempre se rehusó a formar parte de la orgánica del partido. Nunca le interesó y le restó importancia, al punto que recién puso pie en la sede del PJ en 2019, cuatro días antes de revelar a través de un tuit que sería candidata a vicepresidenta de Alberto Fernández.
En un contexto totalmente distinto a aquel, ahora evalúa la posibilidad de desembarcar en la sede de Matheu 130 y todo pareciera indicar que tras largos meses de comentarista de la realidad, CFK se abrirá paso otra vez en la política grande y desde el PJ buscará convertirse en la arquitecta electoral del peronismo, especialmente de la provincia de Buenos Aires.
Si la candidatura a diputada nacional no fuera una opción para ella (ya sea por autoexclusión voluntaria o por un fallo judicial), la vía del PJ le daría la oportunidad de volver al ruedo sin ningún costo a pagar.
De una un otra forma, Cristina Kirchner busca recuperar la hegemonía en su principal bastión territorial e identitario, y por eso reapareció la semana pasada en La Matanza, corazón del conurbano bonaerense.
La Cámpora desconfía de KicillofEn La Cámpora ven con preocupación y desconfianza la construcción política nacional que está desarrollando Axel Kicillof desde la provincia de Buenos Aires, y por eso están apurando la vuelta de Cristina.
Se trata en definitiva de una puja de poder interno dentro del kirchnerismo: Máximo considera que el mandatario bonaerense adelantó los tiempos del armado de su proyecto presidencial, y además lo hizo sin pedirles permiso.
Kicillof afianzó vínculos con intendentes que se la juegan por él y enfrentan a La Cámpora discursivamente, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada).
Su mano derecha, Carlos Bianco, le armó una agrupación de pura cepa kicillofista denominada “Patria y Futuro”, que juega en tándem como “La Patria es el Otro” del ex jefe camporista y actual ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque.
El ex ministro de Economía empezó también a mostrarse como líder nacional en el exterior, y por eso viajó a México para estar en la asunción presidencial de Claudia Sheinbaum, y de paso entrevistarse con el jefe de Estado brasileño, Lula da Silva.
En el kirchnerismo duro, en realidad, no tienen reparos con que Kicillof tenga aspiraciones presidenciales. De hecho, reconocen que al final del camino lo van a necesitar como candidato a la Casa Rosada.
El problema, sostienen, es que “confunda su rol y crea que por ser candidato va a poder reemplazar a Cristina en el lugar de la conducción del movimiento”, señalaron a Noticias Argentinas fuentes cercanas a La Cámpora.
“La conducción del movimiento” no es otra cosa, traducida correctamente, como la persona que tiene el poder para agarrar la lapicera y armar a dedo las listas.
El temor de La Cámpora es que Kicillof pretenda reemplazar a la ex presidenta y de esa manera la agrupación de Máximo pierda el privilegio del que siempre gozó en el reparto de lugares en las listas de candidatos.
Con “La Jefa” presidiendo el PJ, entienden, se termina la “confusión de los roles”, y se ahuyentan los peligros de que el ex ministro de Economía pretenda digitar la confección de las listas, arrebatando el monopolio que siempre tuvieron Cristina y su hijo.
“Cristina y Máximo tienen la estructura, y el otro espacio tiene al candidato que por ahora tiene mayor potencial para el 2027. Es cuestión de unir las dos cosas. La interna se va a ordenar”, reflexionaron en voz alta otras fuentes consultadas del kirchnerismo.
Quintela no se bajaOtro de los aliados de Kicillof en su construcción política nacional es el gobernador Ricardo Quintela (La Rioja) a quien le dio su bendición para presidir al PJ mucho antes de que La Cámpora iniciara el clamor por Cristina.
Aunque la participación de la ex presidenta en las elecciones partidarias no está confirmada, el riojano ratificó este domingo que mantiene su postulación y dijo que está preparado para una interna.
El Partido Justicialista convocó a elecciones de autoridades para el 17 de noviembre, mientras que el plazo de presentación de listas vence el 19 de Octubre.
Quintela tenía pendiente una charla con Cristina Kirchner en el Instituto Patria, en la que esperaba recibir su bendición, debido entre otras razones a que no tenía grandes retadores en el horizonte y contaba con el aval de sus pares gobernadores del peronismo.
El operativo clamor rompió esos planes, y obligó al mandamás riojano a recalcular. Sin embargo, en declaraciones periodísticas aseguró que “el peronismo tiene que competir” y consideró que "no hay que tenerle miedo al proceso interno".
También señaló que “el que pierde tiene que acompañar” y hasta se animó a decir que en caso de que le tocara a él ganar la interna, la ve a “Cristina acompañando”.