Equilibrio entre información y diálogo: por qué funcionó el streaming de Crónica

Cómo fue la cobertura online de las elecciones

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Más allá de la tradicional cobertura televisiva que llevó adelante Crónica TV es importante (y veremos por qué es mucho más interesante que por los resultados electorales, que todos conocen) lo que sucedió en el streaming de Crónica. Camila Barral, Rochi Grimaldi y Gastón Samá se cargaron al hombro varias horas de transmisión en vivo e hicieron algo que merece pensarse: conversar. 

Es cierto que hubo invitados (Vanina Biasi, Julio Bárbaro, Gabriela Granata, etcétera) pero en todos los casos hubo algo que hoy, en la televisión tradicional, no se suele encontrar: conversación.

El streaming está generando una estética que es quizás un poco repetida: gente hablando frente a la cámara y haciendo chistes internos. Esa idea de que "estamos con la gente", y por lo tanto como con un amigo en el living, todo giro está permitido no pasó: los tres conductores se mostraron como personas preparadas y respetuosas con conocimiento de lo que estaban hablando. No dejaron de lado el humor ni la opinión. Las primeras horas antes de que las tendencias fueran marcadas se presentaron complejas.

El resumen de anécdotas, los dúplex acertados con Crónica TV (todos dejaron de lado las discusiones y se concentraron en la información) y especialmente la explicación concisa y con números de cuál era el escenario, tanto antes como después de que se conocieran los resultados, fue sorteada con absoluto profesionalismo.

Pero lograron (este es quizás el punto más importante) que ni el humor ni la reiteración ni la ansiedad por los datos (es el punto clave de estas coberturas) creara una distancia con el espectador.

 Más allá del buen recurso de mostrar mensajes de chats y redes sociales (cuidado: esta es la clave básica para los medios del futuro,), la conversación permitió que la cobertura, que suele ser compleja (la información es poca, no hay verdaderos datos hasta un momento aleatorio de la noche), resultase amena. Es decir, que el espectador, gracias al tono preciso y equilibrado entre opinión personal y dato objetivo, fuera una conversación con el usuario, ya no un espectador pasivo sino alguien activo.

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