Ailing Hou tiene 24 años y nació en Beijing, pero su corazón late con acento rioplatense. Desde marzo de este año, recorre estadios y oficinas del fútbol argentino con una misión improbable: encontrar al joven que la defendió de una agresión durante la final de la Copa América 2024. No sabe su nombre ni su barrio, pero conserva una foto, una imagen fugaz tomada entre gritos y tensión, como única pista.

Los últimos 15 años en la vida de la joven china estuvieron marcados por su gran fanatismo por Argentina, la Selección y Lionel Messi. Todo comenzó con el Mundial de Sudáfrica 2010, en donde los partidos de aquel seleccionado cautivaron a la entonces adolescente.

“Ahí empecé a sentirme un poquito argentina. Me encantaba ver a Messi en Barcelona y en la Selección. Mi amor por el fútbol, gracias a Lionel, creció de una manera que ni yo me imaginé”, contó y agregó que la inspira ver a los jugadores argentinos: "Tienen solidaridad en la cancha. Aprendo mucho de ellos", aseguró. 

Una final, una foto con un desconocido y una misión imposible

La escena ocurrió en el partido definitorio entre Argentina y Colombia. Ailing asistió con una amiga. Ambas habían comprado sus entradas, pero un grupo de hinchas colombianos las hostigó e intentó desalojarlas. "Me insultaron, se burlaron, haciendo gestos estirándose sus ojos y querían sacarnos nuestros asientos", recordó. La situación cambió cuando un joven argentino, ubicado cerca, intervino.

"El chico primero les gritó y después, en un tono más amistoso, logró que se fueran", relató. "Su gesto fue conmovedor". Ella lo saludó con una sonrisa, se tomaron una foto, pero no cruzaron más que algunas miradas. Las barreras idiomáticas impidieron que ella pudiera expresarle el agradecimiento que sentía.

A más de un año de la final, Ailing regresó a Argentina por segunda vez, convencida de que debía cerrar esa historia inconclusa. "Sólo pude sacarle unas fotos durante el partido para recordarlo y no olvidarme su cara", explicó. "Estaba convencida que después iba a poder saber algo de él, su nombre y dónde vive. Pero nada".

 

 

 

"A más de un año siento una gran frustración, porque esta es la segunda vez que vengo a la Argentina", remarcó la mujer oriunda de Beijing.

 

Del monumental a la AFA, con una carta en la mano

En una nueva travesía, Ailing volvió al país en marzo y visitó los estadios de Boca, River y Vélez. Mostró la imagen, preguntó, buscó pistas. “Empecé a darme cuenta que era una misión imposible, pero eso fue peor, porque no soy de rendirme fácil”, expresó.

 También se acercó a la sede de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), donde entregó una carta. “Estoy buscando a este chico, a quien no le pudimos agradecer como se debe. Pero no porque somos antipáticos, sino porque no podíamos expresarnos. No quisiera que tenga esa impresión de las personas chinas”, explicó en su mensaje.

Su historia se viralizó. Algunos la redujeron a un flechazo, pero ella fue clara: "En mi cultura, esto no significa que yo esté enamorada o quiera tener un vínculo con él, sólo me gustaría ser su amiga". Para Ailing, el agradecimiento también es una forma de reparación.

¿Su misión? Encontrar al joven argentino, poder darle las gracias y unas palabras especiales que preparó para ese momento, e invitarlo 10 días a conocer China con pasaje y estadía incluida. “Sería un sueño para mí y de alguna manera siento que ya no estaría más en deuda”, reconoció.